La denuncia audaz, emotiva, a veces, sin fundamento alguno, fue fundamental en momentos iniciales de la lucha ambiental, donde se necesitaba ir creando conciencia, pues no había tantas leyes, ni aparatos administrativos, ni se tenía, como hoy, tantas facilidades de la comunicación local e internacional. Hoy es el momento de buscar soluciones viables y sensatas, fundamentalmente inteligentes, apegadas a la realidad social y económica de los pueblos.
Debemos plantear, si fuera del caso, denuncias, pero fundamentadas en la ciencia y la tecnología, y dando opciones y soluciones, cuando estas sean factibles. No podemos seguir en el oscurantismo y la desinformación ambiental, que nos plantean unos y otros grupos, a favor o en contra del desarrollo sostenible. No se puede seguir exagerando situaciones, propalando mitos y descontextualizando hechos reales.
Todos vivimos en esta nave, llamada Tierra y es nuestra responsabilidad que navegue bien y seguros. O nos ponemos de acuerdo para construir un mejor futuro juntos, o entre todos la hundiremos. Esta agrietada, y hace agua en algunos sectores. Pero podemos recuperarla con inteligencia y esfuerzo de todos.
Es oportuno que los diferentes actores que impactamos el ambiente aprendamos a coexistir, a dialogar, a construir. Debemos de dejar de dañarnos mutuamente, intentando demostrar que somos nosotros los que tenemos la verdad. Cada quien tiene una verdad. Aprovechemos lo positivo de ellas y juntemos los esfuerzos mirando hacia el futuro con esperanza.
No podemos seguir sentando en el banquillo de los acusados a empresarios, gobiernos, o a los grupos ambientales. Todos se tiran las culpas, y no son capaces de mirar el futuro que legaremos a nuestros descendientes. Se quiere sacar el mejor provecho hoy, a una situación que les pueda deparar dinero o fama, o control político.
Los que no han nacido piden a los seres actuales que le dejen una tierra digna, donde no les tengan que reprochar de sus actuaciones pasadas.
Alexander Bonilla Durán.
El tema ambiental cabalga casi desbocado por todo el mundo. Hay confrontaciones por doquier y ecologistas, empresarios, gobiernos, se recriminan mutuamente. Creo que ha llegado el momento de dejarnos de recriminaciones y empezar a plantear soluciones, en todos los ámbitos.