Se acercaba la celebración del nacimiento del Niñito Dios, el tiempo más esperado por todos, niños y grandes.
Transcurrían los días, y sin que nadie se percatara Juan se escabullía a mirar los juguetes de madera que fabricaba un vecino.
A la casa de Juan todos los días llegaba un señor a caballo a dejarles la leche y la natilla. Se quedaba contemplando al animal, le miraba los ojos, le llamaba la atención lo largo de su cola y sentía como música el sonido el rechinar de sus dientes.
Mientras esperaban para saber que regalos iban a tener; las hermanas de Juan escribieron la carta al Niño Jesús.
--Quiero una muñeca aunque sea de trapo, una cocinita, trastecitos y una mesita con sillitas de madera como las que hace el vecino.
Como Juan era más pequeño que ellas y todavía no sabía escribir, su hermana María le preguntó:
--¿Qué quieres que te traiga el Niñito Dios? Para escribírselo en la misma cartita mía.
--Quiero un caballo.
--¿Y qué más? le dijo su hermana.
--¡Solo un caballo!
Juan sintió que el tiempo era interminable.
-- ¿Hoy viene el Niño Dios? Preguntaba Juan todos los días.
Mientras miraba el caballo del lechero; y pensaba en el caballo que le traería el Niñito.
--Como sólo pediste un juguete, seguro que el Niñito si te lo traerá, dijo una de las hermanas.
--Hoy nos tenemos que acostar muy temprano, porque si viene el Niñito y nos encuentra despiertos, no nos deja los regalos”.
Juan, aunque al principio no se podía dormir, al día siguiente sí se levantó muy temprano y primero que sus hermanas.
María y Ana cuando despertaron fueron a ver que juguetes les había dejado el Niñito, pero encontraron frente al portal a Juan llorando inconsolable a la par de un caballo de madera.
-- ¿Por qué lloras si te trajeron tu caballo de juguete?
--¡Yo no quería un caballo muerto, yo quiero un caballo vivo como el del lechero!
Adaptación realizada por Abigail Jiménez Potosme.
El caballo vivo
Este cuento navideño nos lo envía Lucía Blanco Córdoba, Desde: Sabanilla de Montes de Oca,