Así es, la ciencia ha logrado determinar en qué parte de nuestro cerebro se aloja el amor y resulta que es en el mismo lugar donde se ubica el deseo sexual. Algo lógico, aunque para algunos, poco romántico.
La conclusión a la que llegaron los investigadores de la Universidad de Concordia, en Canadá, es que tanto el amor como el deseo sexual activan áreas cerebrales denominadas: núcleo estriado e ínsula.
Pero también la investigación permitió concluir que las neuronas que se estimularon a partir de la observación de estas imágenes son ligeramente distintas.
La región activada por el deseo sexual es la misma que se pone en marcha ante estímulos que causan placer inmediato como el sexo y la comida.
Sin embargo, el área vinculada al amor es mucho más compleja, y aunque también se activa con el placer o deseo sexual, sólo funciona cuando hay algo con un valor o una recompensa para activarla. Algo que sorprendió a los científicos fue encontrar que la zona del núcleo estriado que se activa con el amor también está asociado a la adicción a las drogas.
¿Adictos al amor?
Apenas para titular una novela, que podría ser basada en hechos científicos.
Fuente: muy interesante.es