Si usted lloró en la película Casablanca cuando Ilsa se va en el avión con su esposo dejando atrás a su amado Rick y, cada vez que la vuelve a ver, de alguna manera espera que el final sea diferente y los protagonistas vivan juntos y felices, es posible que una nueva tecnología resuelva sus problemas.
Una empresa de medios interactivos en el Reino Unido acaba de lanzar un sistema que permite al espectador controlar momentos cruciales de una película utilizando el poder de las emociones.
El sistema Myndplay utiliza un dispositivo que el usuario coloca alrededor de su cabeza para leer las ondas del cerebro asociadas a los diferentes estados de ánimo y, de acuerdo a éstas, desarrolla la historia en diferentes direcciones y hacia varios finales alternativos.
De acuerdo a cómo se sienta el espectador la cinta puede tener un final positivo o negativo para el protagonista, feliz o trágico según los niveles de concentración o relajación mental durante momentos coyunturales del relato fílmico.
Los sensores conectados al dispositivo funcionan al estilo de un electroencefalógrafo que mide los patrones de la actividad eléctrica en el cerebro.
Las interacciones de miles de millones de neuronas en el cerebro humano generan pequeñas señales eléctricas. Nuestro estado de ánimo o diferentes tipos de pensamientos crean patrones específicos que pueden ser detectados por los sensores e interpretados mediante un programa que afecta el resultado en la pantalla.
Myndplay le permite así al espectador convertirse en el protagonista de la película y decidir quien vive, quien muere, si el malo o el bueno gana, si el chico se queda con la chica, si el mendigo resulta ser un príncipe, si la madre encuentra a su hijo perdido.
Según los representantes de Myndplay, la experiencia es una combinación entre ver una película y jugar un juego de video.
Queda por ver, sin embargo, si el sistema tendría un potencial comercial con los grandes estudios y productores de cine que tendrían que filmar las diferentes versiones alternativas para que puedan ser proyectadas según los deseos, o emociones, de los espectadores.
También cabe preguntar si un libretista quisiera cambiar el final de su guión. ¿Sería acaso Casablanca una mejor película si Ilsa se queda con Rick?
Si usted lloró en la película Casablanca cuando Ilsa se va en el avión con su esposo dejando atrás a su amado Rick y, cada vez que la vuelve a ver, de alguna manera espera que el final sea diferente y los protagonistas vivan juntos y felices, es posible que una nueva tecnología resuelva sus problemas.
Una empresa de medios interactivos en el Reino Unido acaba de lanzar un sistema que permite al espectador controlar momentos cruciales de una película utilizando el poder de las emociones.
DESCARGAR AUDIO
El sistema Myndplay utiliza un dispositivo que el usuario coloca alrededor de su cabeza para leer las ondas del cerebro asociadas a los diferentes estados de ánimo y, de acuerdo a éstas, desarrolla la historia en diferentes direcciones y hacia varios finales alternativos.
De acuerdo a cómo se sienta el espectador la cinta puede tener un final positivo o negativo para el protagonista, feliz o trágico según los niveles de concentración o relajación mental durante momentos coyunturales del relato fílmico.
Los sensores conectados al dispositivo funcionan al estilo de un electroencefalógrafo que mide los patrones de la actividad eléctrica en el cerebro.
Las interacciones de miles de millones de neuronas en el cerebro humano generan pequeñas señales eléctricas. Nuestro estado de ánimo o diferentes tipos de pensamientos crean patrones específicos que pueden ser detectados por los sensores e interpretados mediante un programa que afecta el resultado en la pantalla.
Myndplay le permite así al espectador convertirse en el protagonista de la película y decidir quien vive, quien muere, si el malo o el bueno gana, si el chico se queda con la chica, si el mendigo resulta ser un príncipe, si la madre encuentra a su hijo perdido.
Según los representantes de Myndplay, la experiencia es una combinación entre ver una película y jugar un juego de video.
Queda por ver, sin embargo, si el sistema tendría un potencial comercial con los grandes estudios y productores de cine que tendrían que filmar las diferentes versiones alternativas para que puedan ser proyectadas según los deseos, o emociones, de los espectadores.
También cabe preguntar si un libretista quisiera cambiar el final de su guión. ¿Sería acaso Casablanca una mejor película si Ilsa se queda con Rick?