Un dato, “curioso” en la última campaña presidencial en México, el actual presidente de la República Enrique Peña Nieto, prometió principalmente al electorado femenino mejores telenovelas, es decir, más educativas y con historias que contengan nuevos modelos de convivencia.
Bueno, ojalá y lo cumpla…habrá que esperar, tiene 6 años, que es el período presidencial mexicano, para saber si cumple con esa curiosa promesa.
Ya sabemos quién es telenovero por aquí, pero volvamos al tema, principal. Lo malo, y eso lo hablamos ayer, es que las promesas vacías, las que nunca se cumplen, van minando la credibilidad en los políticos y hasta de nuestro modelo democrático; por lo que cada día, la gente se muestra más pesimista sobre el futuro del país y menos motivada a participar en los procesos eleccionarios.
Otro aspecto a considerar es que en la Asamblea Legislativa se entraba mucho cualquier proyecto. Actualmente, un solo diputado puede paralizarla, es decir, esto es uno de esos ejemplos de eso que llaman ingobernabilidad; esto es también parte de ese problema de cumplir promesas.
Sobre este tema se refiere Francisco Antonio Pacheco, Ex presidente de la Asamblea Legislativa y Coordinador del Grupo de los Notables.
Inserción: “Yo lo que creo que lo que debe hacer un candidato es explicarle a la gente las dificultades, las complejidades de la realidad y eso ya sería una gran contribución, casi nunca le decimos a la gente que hay una gran complejidad y una gran dificultad, problemas de ingobernabilidad, situaciones internacionales que nos afectan, económicas, en fin mucha gente jalando para lados distintos todo eso hay que explicárselo a la gente que sepan que no se hacen muchas cosas en los gobiernos y hablo de todos no porque los que gobiernan sean malas personas, o porque no quisieran o porque quisieran engañar a la gente, sino porque no pudieron hacerlo a pesar suyo”.
Pero para Luis Guillermo Solís, politólogo y pre candidato presidencial, del Partido Acción Ciudadana, esto de las promesas incumplidas es un problema casi que de honorabilidad de los candidatos.
Inserción: “Yo los que les diría es tómense en serio la palabra empeñada es que se ha perdido mucho verdad el valor en la palabra, cuando uno dice una cosa tiene que cumplirla, y a la gente no hay que decirle lo que quiere oír sino lo que tiene que saber, eso es más fácil decirlo que hacerlo, pero ciertamente única manera de garantizar que no vamos a seguir repitiendo los mismos errores que hemos cometido hasta el momento es cambiando de actitud”.
Lo cierto es que las promesas de campaña deben ser analizadas muy bien por usted amigo oyente y no solo quedarse con el “qué”, sino también con el “cómo”.
Así es, ¿“Cómo” hará fulano para mejorar la salud? ¿“Cómo” hará para mejorar nuestras calles? Y así con todo lo demás…
Recuerde que en una democracia real, el Soberano no es otro que el ciudadano, donde además los funcionarios públicos están a su servicio y no al revés como sucede, desafortunadamente, demasiadas veces.
Cuando seamos un pueblo más exigente, más suspicaz y cuando castiguemos a los que prometen por llegar a un puesto pero cuando llegan se les olvida sus promesas, entonces mejoraremos la calidad de las propuestas de nuestros políticos.
Amén.