Ayer contábamos que las principales figuras del partido de Nicoya clamaban por formar parte de Costa Rica.
En un cabildo abierto realizado el 25 de Julio de 1824, decidieron solicitar la Anexión a nuestro país.
Como en ese momento Costa Rica era un Estado asociado a la Federación Centroamericana, para que la anexión se diera debía contarse con la aprobación de las Supremas autoridades de la Federación, residentes en Guatemala.
Mientras, el Congreso Constituyente de Costa Rica en nota del 29 de enero de 1825, resolviendo una consulta que le hiciera el Jefe del Estado, dispuso:
GUSTAVO "que los pueblos de Nicoya y Santa Cruz se consideraban interinamente agregados al Estado, hasta la resolución definitiva de los Altos Poderes; y por tanto, debían protegerse con circunscripción, tino y prudencia, como se protegería otro cualquier punto que formase parte integrante del Estado Costarricense".
Sabedores en Nicaragua de todos estos hechos, la Junta Gubernativa de Managua, en octubre de 1824, y por medio de su subalterno don Juan José Villar, excitó a los pueblos:
"a que pensaran menudamente sobre las ventajas y utilidad que les producían de la unión y amistad con Nicaragua, como también a los perjuicios que emanarían de dicha división".
Los invitaba además a que deliberaran con franqueza, en acto solemne, si querían seguir o no seguir en el seno de la familia nicaragüense, ya que hasta la fecha habían estado sujetos a las autoridades legales y superiores de aquel Estado.
Pero la decisión estaba tomada
Para los miembros del Partido de Nicoya la decisión que tomaron en ese cabildo abierto, el 25 de julio de 1824, comunicada a las autoridades costarricenses, presididas por Juan Mora Fernández era suficiente y así lo reconocieron inscribiendo en su escudo “De la patria por nuestra voluntad” como símbolo de su deseo de formar parte de Costa Rica.
Sin embargo, la respuesta oficial de la Federación Centroamericana tardaba
en llegar.
Ayer contábamos que las principales figuras del partido de Nicoya clamaban por formar parte de Costa Rica.
En un cabildo abierto realizado el 25 de Julio de 1824, decidieron solicitar la Anexión a nuestro país.
Como en ese momento Costa Rica era un Estado asociado a la Federación Centroamericana, para que la anexión se diera debía contarse con la aprobación de las Supremas autoridades de la Federación, residentes en Guatemala.
Mientras, el Congreso Constituyente de Costa Rica en nota del 29 de enero de 1825, resolviendo una consulta que le hiciera el Jefe del Estado, dispuso:
GUSTAVO "que los pueblos de Nicoya y Santa Cruz se consideraban interinamente agregados al Estado, hasta la resolución definitiva de los Altos Poderes; y por tanto, debían protegerse con circunscripción, tino y prudencia, como se protegería otro cualquier punto que formase parte integrante del Estado Costarricense".
Sabedores en Nicaragua de todos estos hechos, la Junta Gubernativa de Managua, en octubre de 1824, y por medio de su subalterno don Juan José Villar, excitó a los pueblos:
"a que pensaran menudamente sobre las ventajas y utilidad que les producían de la unión y amistad con Nicaragua, como también a los perjuicios que emanarían de dicha división".
Los invitaba además a que deliberaran con franqueza, en acto solemne, si querían seguir o no seguir en el seno de la familia nicaragüense, ya que hasta la fecha habían estado sujetos a las autoridades legales y superiores de aquel Estado.
Pero la decisión estaba tomada
Para los miembros del Partido de Nicoya la decisión que tomaron en ese cabildo abierto, el 25 de julio de 1824, comunicada a las autoridades costarricenses, presididas por Juan Mora Fernández era suficiente y así lo reconocieron inscribiendo en su escudo “De la patria por nuestra voluntad” como símbolo de su deseo de formar parte de Costa Rica.
Sin embargo, la respuesta oficial de la Federación Centroamericana tardaba
en llegar.