Ayer comentamos sobre la preocupación que tenía gran parte de la población nicoyana, debido a los disturbios y conflictos internos de Nicaragua, los cuales afectaban el desarrollo de ese territorio.
La Junta de Managua pedía dinero para la lucha que Granada y León sostenían con los otros pueblos, y para extirpar la anarquía.
Los hacendados de Nicoya y Santa Cruz y en general los hombres de orden, meditaron acerca de los hechos que en la vecindad se sucedían, pensaron seriamente sobre el porvenir del partido, tuvieron reuniones privadas e intercambaron ideas cambiaron ideas.
La molestia era tal que se realizó un cabildo abierto, presidido por
Cupertino Briceño, Alcalde de Nicoya.
CUPERTINO BRICEÑO: Orden, orden señores.
Hombre 1: es que esta situación ya no la aguantamos más, señor alcalde.
Hombre 2: no queremos seguir siendo parte de la Intendencia de Granada ni de León, no queremos ser parte de Nicaragua.
Cupertino: bueno y que proponen entonces?
Hombre 1: Diay, queremos anexarnos, así es como se dice? Anexarnos a
Costa Rica.
Corría el año de 1824 y Costa Rica, si bien había obtenido su independencia, aun no era República.
Pertenecíamos a la Federación Centroamericana y mientras el resto de naciones se debatían en fuertes conflictos internos, con guerras incluidas, en nuestro país la vida transcurría en una relativa calma.
Ayer comentamos sobre la preocupación que tenía gran parte de la población nicoyana, debido a los disturbios y conflictos internos de Nicaragua, los cuales afectaban el desarrollo de ese territorio.
La Junta de Managua pedía dinero para la lucha que Granada y León sostenían con los otros pueblos, y para extirpar la anarquía.
Los hacendados de Nicoya y Santa Cruz y en general los hombres de orden, meditaron acerca de los hechos que en la vecindad se sucedían, pensaron seriamente sobre el porvenir del partido, tuvieron reuniones privadas e intercambaron ideas cambiaron ideas.
La molestia era tal que se realizó un cabildo abierto, presidido por
Cupertino Briceño, Alcalde de Nicoya.
CUPERTINO BRICEÑO: Orden, orden señores.
Hombre 1: es que esta situación ya no la aguantamos más, señor alcalde.
Hombre 2: no queremos seguir siendo parte de la Intendencia de Granada ni de León, no queremos ser parte de Nicaragua.
Cupertino: bueno y que proponen entonces?
Hombre 1: Diay, queremos anexarnos, así es como se dice? Anexarnos a
Costa Rica.
Corría el año de 1824 y Costa Rica, si bien había obtenido su independencia, aun no era República.
Pertenecíamos a la Federación Centroamericana y mientras el resto de naciones se debatían en fuertes conflictos internos, con guerras incluidas, en nuestro país la vida transcurría en una relativa calma.
