Asi lo demuestra un psicólgo llamado Walter Mischel, quien en 1966 diseñó un experimento que practicó por más de treinta años, en la Universidad de Stanford en Estados Unidos.
Explica la psicóloga María Ester Flores.
INSERCIÓN: El convocó a más de 60 niños de diferentes edades. Sentó a cada uno frente a una mesa en una habitacion vacía. En la mesa se le ofreció un confite que le gustara mucho. Luego les decía que se iba a retirar por 15 minutos para traer más confites, y le prometió que si aguantaba la tentación de no comerse el que tenía ahí en frente durante ese ratito le regalaría otro para que así se pudiera comer los dos.El 61% de los niños logro aguantar la tentación. A los cuales se les siguio la evolución por 30 años. Se comprobó que a diferencia de los que no lograron la prueba, llegaron a ser más exitosos en todas las áreas: rendimiento académico, popularidad entre sus amigos, vínculos familiares, parejas duraderas y sobre todo éxito profesional.
Gracias a este descubrimiento se puede asegurar que los niños tienen capacidad de esperar y para aprender de sus propias emociones y madurar mejor.
Por eso no hay que temer cuando los hijos piden o exigen cosas. Se les puede decir NO, dándoles una gran lección para el resto de sus vidas, que es el esfuerzo y la paciencia.
De esta manera llegamos al final de la sección Creciendo en Bienestar, con la colaboración de la psicóloga María Ester Flores Sandoval, quien tiene un doctorado en Educación. Teléfono: 2283 12 93.