Los sitios web alemanes están a la vanguardia en lo que respecta al este tema. Su objetivo es disminuir la cantidad de comida que se desperdicia.
Y por ejemplo, la empresa Foodsharing asegura que ha evitado que 35.000 toneladas de alimentos terminen en el cesto de la basura.
Así existen otros sitios como Shareyourmeal.net, que cuenta con 62.000 cocineros caseros en Holanda y 20.000 en el resto de Europa que preparan platos con influencia de Indonesia, Japón e India. Otro es Leftoverswap, que se inició en Estados Unidos el año pasado. Y Piqniq “especializado” en comida húngara.
La mayoría de estas páginas son sin fines de lucro y estipulan que los usuarios deben compartir la comida sin solicitar ningún pago, pero en el futuro los cocineros podrían vender sus creaciones.
"Según la información que tenemos, quienes participan lo hacen porque no quieren comer lo mismo todos los días o porque se sienten orgullosos de lo que preparan y quieren que los demás lo vean. Para otros, se trata de algo divertido, una forma de socializar", señaló Tamas Kiss, fundador de Piqniq.
Así que tenemos dos tipos de sitios que sirven para compartir comida: unos tienen una visión más solidaria con los demás y desean que no se desperdicien alimentos, y otros que lo hacen para socializar.
Sea cual sea el objetivo, estos sitios se han enfrentado con la crítica de quienes aseguran que no hay manera de asegurar que dichos alimentos que se comparten, hayan sido elaborados en condiciones higiénicas adecuadas.
Un sitio web que ofrece ciertos controles es Casserole club, que incentiva a las personas a compartir comida con vecinos que no pueden cocinar.
Sus 4.000 miembros en el este y el centro de Inglaterra, tienen que realizar un curso de higiene a través de internet y son sometidos a una revisión de sus antecedentes criminales antes de poder ofrecer su primera comida.
Pese a las críticas, cada día se inscriben más personas en los sitios mencionados, con el fin de ser parte de una comunidad que gira alrededor de la comida.