Qué pensaría usted si en pleno Puntarenas la temperatura estuviera en 14 grados?
O más bien que en San Rafael de Heredia estuviéramos a 38 grados?
Seguro pensaría que algo esta mal.
Pues eso sucede en Rusia, donde una ola de calor sin precedentes anuncia que algo malo está sucediendo.
La temperatura promedio en Moscú en julio estuvo ocho grados por encina de la normal.
Históricamente la temperatura normal promedio de agosto es de veintiún grados centígrados pero este año hubo 28 días seguidos de temperaturas superiores a los 30 grados.
Una nación que se caracteriza por sus bajas temperaturas como Rusia, sufre ante una situación extrema tan diferente, su gente y su producción sufren por esta causa.
Según los expertos los gases de efecto invernadero liberados por la quema de combustibles fósiles concentran la energía solar en la atmósfera.
Especialistas climáticos prevén que se mantenga el aumento en la cantidad y en la intensidad de las olas de calor y que haya más sequías si no se hace algo.
Millones de pérdidas en cultivos e incendios forestales que provocaron la muerte de cientos de personas, son parte de las consecuencias de la última ola de calor en Rusia y que no es extraña en Europa, ya que varios países, como España, Francia e Italia han sufrido de lo mismo.
Cada vez las señales son más claras de que nuestro planeta nos está pasando la factura por lo que le hemos hecho.
Lo mismo sucede, en otras regiones, donde las lluvias azotan con mayor fuerza o el calor se va, para dar paso a las temperaturas bajas.
Las acciones ante el cambio climático deben ser inmediatas, el planeta nos lo exige y la humanidad parece no escucharlo.
¿Hasta cuando?
Qué pensaría usted si en pleno Puntarenas la temperatura estuviera en 14 grados?
O más bien que en San Rafael de Heredia estuviéramos a 38 grados?
Seguro pensaría que algo esta mal.
Pues eso sucede en Rusia, donde una ola de calor sin precedentes anuncia que algo malo está sucediendo.
La temperatura promedio en Moscú en julio estuvo ocho grados por encina de la normal.
Históricamente la temperatura normal promedio de agosto es de veintiún grados centígrados pero este año hubo 28 días seguidos de temperaturas superiores a los 30 grados.
Una nación que se caracteriza por sus bajas temperaturas como Rusia, sufre ante una situación extrema tan diferente, su gente y su producción sufren por esta causa.
Según los expertos los gases de efecto invernadero liberados por la quema de combustibles fósiles concentran la energía solar en la atmósfera.
Especialistas climáticos prevén que se mantenga el aumento en la cantidad y en la intensidad de las olas de calor y que haya más sequías si no se hace algo.
Millones de pérdidas en cultivos e incendios forestales que provocaron la muerte de cientos de personas, son parte de las consecuencias de la última ola de calor en Rusia y que no es extraña en Europa, ya que varios países, como España, Francia e Italia han sufrido de lo mismo.
Cada vez las señales son más claras de que nuestro planeta nos está pasando la factura por lo que le hemos hecho.
Lo mismo sucede, en otras regiones, donde las lluvias azotan con mayor fuerza o el calor se va, para dar paso a las temperaturas bajas.
Las acciones ante el cambio climático deben ser inmediatas, el planeta nos lo exige y la humanidad parece no escucharlo.
¿Hasta cuando?