Entre estas buenas costumbres podemos citar: enseñar a los hijos a ser sobrios, medidos y equilibrados en todo lo que hacen dicen y piensan, esto les ayudará a cultivar una vida de acciones correctas, hablando siempre con honestidad, diciendo la verdad sin herir, evitando prepotencia, falso orgullo o agresión.
La idea es saber estar en armonía consigo mismo y con los demás, enfrentando conflictos respetuosa y amorosamente, donde las partes implicadas puedan al final dar soluciones en procura de cambios positivos, y que dejen buenos aprendizajes en el corazón.
María Ester recomienda tener precaución con los juegos de vídeo a los que tienen acceso los niños, ya que muchos de ellos incitan a triunfar matando a la mayoría de los personajes y así es imposible desarrollar empatía o compasión.
Para la buena salud de los niños, es recomendable tomar el sol moderadamente, vivir más al aire libre, sentir los olores de la naturaleza, la brisa, acurrucarse bajo la sombra de un árbol, reír, cantar, bailar y correr viviendo en total libertad del alma.
La alimentación sana es también necesaria en las buenas costumbres familiares.
Nunca comer en exceso, buscar siempre alimentos simples como frutas, verduras, y legumbres antes que consumir cosas empaquetadas con preservantes. Tomar agua o fresquitos de fruta licuados y cocinar con cosas naturales y baratas del mercado pero con mucha imaginación.
Por último en las buenas costumbres incluir el agradecimiento y el dar amor, enseñar a que los niños lo reciban y que ellos también aprendan a darlo.
Es bueno crear en el hogar buenas costumbres de manera sencilla, agradable y constante, nos dice nuestra colaboradora María Ester Flores, quien es psicóloga. Cuando deseamos tener una familia sana a nivel físico, mental, espiritual y psicológico, es necesario crear un clima familiar agradable pero con límites claros para sus participantes.