Ante la indignación de los comunicadores y de la opinión pública, el Presidente de la República Luis Guillermo Solís Rivera salió en defensa del trabajo de la prensa, como parte muy importante del modelo democrático costarricense.
Sin embargo, no deja de preocupar que Ministros, diputados y otros cargos importantes dentro de la esfera política sientan en el ejercicio del periodismo una amenaza, parece que olvidan que dentro de sus funciones el rendir cuentas a la ciudadanía es una obligación y no una opción.
Marlon Mora, Presidente del Colegio de Periodistas de Costa Rica, al respecto dice:
INSERCIÓN: ante estas afrentas es nuestro deber reaccionar con firmeza, no vamos a bajar la bandera y vamos a seguir insistiendo en que a los medios de comunicación se les debe respetar su labor periodística. En esto es fundamental que la labor de los comunicadores es chequear lo que pasa en la realidad nacional, investigar en profundidad y esclarecer hacia opinión pública que es lo que sucede. El político que piensa que es amigo de un periodista se equivoca, los periodistas no somos para tener amigos y tener consideraciones al respecto a la labor que nosotros realizamos, los periodistas tenemos que decir la verdad y tenemos que tratar de manifestar nuestras indignaciones al respecto de la situación país que haya, y es a partir de ahí que algunos han interpretado que los periodistas deben de ser personas que les deben abrazos y cariños.
Al final de cuentas es la gente la que valorará si estás informaciones competen o no a lo que se denomina interés público, asimismo existen instancias judiciales para defender el honor de quien se sienta perjudicado por una noticia o un comentario.
Costa Rica, como los demás países democráticos, necesita medios de comunicación fuertes y libres, amparados en un estado de derecho, con periodistas que se sientan seguros de que no serán víctimas de amenazas y otro tipo acciones atemorizantes por hacer su trabajo.
Costa Rica necesita más programas de opinión, de debate, de confrontación de ideas, sobre todo en la radio, que como todos sabemos, es el medio de comunicación con mayor penetración y apertura ofrece a este tipo de iniciativas.
Por eso es que Costa Rica necesita una radio más fuerte, más segura, sin presiones; que podrá estar de acuerdo con el Gobierno en unas cosas pero que en otras diferirá, sin que esto signifique que exista un complot o que se quiera boicotear la gestión gubernamental o atacar a alguien antojadizamente.
En otros países, cuyos regímenes han sido cuestionados por los medios de comunicación, se han aplicado medidas para eliminar la voz discrepante, implantando en su lugar maquinarias de propaganda gubernamental, se han utilizado diferentes artimañas como dificultar el acceso a papel para imprimir los periódicos, retiro de frecuencias de radio y televisión, e incluso la promulgación de “novedosas” leyes, que no tiene nada de nuevas, pero sí mucho de nocivas y antidemocráticas.
Ante semejante amenaza, las cuales esperamos sean aisladas, le pedimos a los costarricenses que estén alerta a cualquier otro indicio de ataque contra los medios de comunicación y comunicadores en general, que a la postre no sería otra cosa que un potencial ataque a la libertad de pensamiento y expresión.
Solicitamos respetuosamente a los Supremos Poderes de la República que protejan el accionar de los medios de comunicación y de los periodistas.
Y motivamos a esos medios y a los periodistas a no que no cedan en su trabajo de investigar y dar a conocer al pueblo el resultado de esas investigaciones.
Nuestra democracia descansa en el trabajo que realizan los periodistas y existencia de medios de comunicación en este país.
Recordemos que grandes escándalos de corrupción en el sector público, fueron de conocimiento de la opinión pública, gracias a este trabajo investigativo, ético y valiente de periodistas y a los medios de comunicación que lo difundieron.
En las últimas semanas algunos miembros de la clase política han realizado manifestaciones públicas donde se han expresado en malos términos sobre algunos periodistas y medios de comunicación.