Miércoles, 04 Abril 2001 18:00

Yan Esteban Rojas Arce

Escrito por
Yan Esteban Rojas Arce Este muchacho tenía 21 años, y como tal, tenía una vida alegre y normal, trabajaba, tenía novia y planes de casarse. Pero un día, hace cinco años, iba en motocicleta y un carro que trató de adelantar en curva lo embistió de frente Faltaba solo una semana para las fiestas de expo-pococí, la feria de su pueblo, que él esperaba cada año con ansias. Tras de una larga estadía en el hospital y una mucho más larga en el albergue del Instituto Nacional de Seguros, Yan Esteban Rojas salió con un brazo y una pierna menos. Todavía en el lecho, le dijo a su novia, Liga, que rompieran, pues se sentía incapaz de salir adelante con su cuerpo mutilado. Pero Liga tenia otra idea, así que lo esperó hasta que lo dieron de alta. Con el apoyo de Liga, Yan Esteban se decidió a emprender de nuevo, la dura lucha por la vida, a pesar de su discapacidad. En primer lugar arregló la moto, la rifó y con el producto de la rifa compro un carrito. Solo entonces aprendió a manejar, y empezó a ver como la pulseaba para completar la pensión de veinte mil pesos por mes que le asignaron. Al año de su accidente se casó con Liga y, con su carrito y el trabajo de ambos, han sacado adelante un hogar que ya cuenta con dos hijos: Stefani y Bernan. Aunque no cuenta con placa o permiso de taxi, Yan Esteban ofrece a los lugareños de Pococí sus servicios para fletes o viajes, tan necesarios en la amplia llanura caribeña. Hoy mismo, a esta hora, igual que ayer y que mañana, ya el hogar de Liga y Yan Esteban ya comenzó su dura lucha por el sustento y para ofrecer lo mejor a sus dos hijos. A pesar del empeño de algunos de que veamos solo lo peor, Liga y Yan Esteban son una muestra clara de que los costarricenses no necesitamos buscar héroes falsos para que inspiren nuestra propia vida. Colaboración de Camilo Rodríguez Chaverri