Entre los días 15 y 18 de enero tuvo lugar en la ciudad de México la celebración del VI Encuentro Mundial de las Familias. Desde hace ya algunos días y a propósito de recibir en obsequio los relicarios de los padres de Sta. Teresita del Niño Jesús, recientemente beatificados, Benedicto XVI rogaba por el éxito de ese encuentro que poco a poco se hace tradicional y necesario.
Bajo el lema “La familia formadora en los valores humanos y cristianos” se abrió este encuentro con la participación del cardenal Antonelli, presidente del Pontificio consejo para la familia. Allí tanto él como el legado pontificio, el Secretario de Estado cardenal Bertone, animaron a la multitud recordando cuán decisiva es la familia de cara al futuro de la sociedad.
Varias veces se recordó durante el encuentro las visitas de Juan Pablo II en anteriores ediciones del mismo y cómo una y otra vez afirmaba a la familia como el primer y principal camino de la Iglesia y escuela eficaz de humanidad, transmisora insustituible de valores humanos y cristianos.
“La familia es un bien para la persona y la sociedad”, es esta una idea que recorrió todo este encuentro de familias que tenemos ocasión de comentar y reseñar aquí. Y, ciertamente, no faltaron las advertencias en medio de los diferentes momentos de este acontecimiento en que se puso a los presentes en guardia de frente al hecho de que la familia es la institución más atacada de los últimos decenios. Una y otra vez se emprende contra ella y las políticas públicas no se animan como deberían en su defensa y promoción, todo lo contrario, a veces contribuyen en su debilitamiento cediendo ante las corrientes relativistas que hoy parecen ser demasiado exitosas y bien financiadas.
“Hoy más que nunca –decía Benedicto XVI al cerrar este encuentro dedicado a las familias- se necesita el testimonio y el compromiso público de todos los bautizados para reafirmar la dignidad y el valor único e insustituible de la familia” y, a la vez, anunciaba el lema “Familia, trabajo y fiesta” como el lema del próximo encuentro a celebrarse en Milán en el año 2012.
Lamentablemente muchos medios de comunicación ignoraron este hecho realizado en México en torno al tema de la familia. Dedicados casi solo a comunicar malas nuevas, un momento luminoso y alegre tiene poco de estrepitoso y terrible como para ser noticia. Sin embargo, fue sensacional y las conclusiones ojalá lleguen pronto hasta nosotros para que, asumiéndolas, podamos construir día a día familias más y más sanas para una sociedad mejor.