Al terminar el siglo XX , Costa Rica presenta un desempeño ambiental con profundos altibajos. Por un lado ha avanzado en la consolidación de un sistema Nacional de Conservación de fama mundial y está probando innovadores mecanismos de gestión ambiental. Sin embargo, según el último informe del Estado de la Nación, hace falta una gestión ambiental integral, que enfoque no solamente los aspectos biológicos de la conservación, sino también los impactos del desarrollo urbano acelerado. Según el informe, una cuarta parte del territorio nacional se encuentra bajo alguna forma de protección. Como parte de la política de consolidación del Sistema Nacional de áreas de Conservación, hemos ampliado las áreas protegidas . Durante la década de los noventa, estas áreas silvestres protegidas recibieron más de seis millones de turistas, lo que generó al país más de 700 millones de colones por tarifas de ingreso y servicios. Las visitas de nacionales también ascienden continuamente, el año pasado el 57% de los visitantes fueron costarricenses, De estos una cuarta parte se dirigió al área de conservación de la cordillera Volcánica Central, mientras que los extranjeros prefieren el ambiente de sol y playa. Otro de los retos alcanzados durante el año pasado en materia ambiental es el desarrollo de diferentes proyectos de conservación, además se haber sido nombrados como país líder en la cooperación internacional a favor del ambiente. Un estudio reciente estima en 36 millones de colones el total del financiamiento externo para proyectos ambientales en Costa Rica. Entre los proyectos, destacan el pago de incentivos y servicios ambientales, el uso del agua para satisfacer la demanda eléctrica, la disminución del volumen de madera extraída de bosque natural y el crecimiento de la agricultura orgánica.