Ramón de Campoamor fue un poeta español del siglo diecinueve, conservador en política y en lo literario un renovador, al punto que su estilo le mereció la admiración de Rubén Darío.
De su producción, que fue muy fecunda y compleja, lo mas popular fueron las llamadas Humoradas.
Hoy queremos compartir algunas con usted...
Sin el amor que encanta,
la soledad de un ermitaño espanta.
¡Pero es más espantosa todavía
la soledad de dos en compañía.
Todo en amor es triste;
más, triste y todo, es lo mejor que existe.
Si en amar soy prudente, es porque, escarmentado,
para obrar con cordura en lo presente, tengo puesto un oído en lo pasado.
De todo lo visible y lo invisible cree sólo en el amor, que es lo increíble.
Piensa sólo en amar y en ser amada.
El amor es lo que es; lo otro no es nada.
No rechaces tus sueños, hija mía; sin la ilusión, el mundo ¿que sería?
Aunque huir de ella intento, no sé lo que me pasa,
porque yo voy donde me lleva el viento, y el viento siempre sopla hacia su casa
Si no quieres tu paz alterada, cree mucho en Dios, y en las mujeres nada.
Es la fea graciosa mil veces más temible que una hermosa.
Tened miedo de aquéllas que eclipsan siendo feas, a las bellas.
Acompañado del tintín del oro todo mujer dormida oye un ¡te adoro!
No eres más santo porque te alaben,
ni más vil porque te desprecien.
Lo que eres, eso eres.
Todo hombre enamorado es un loco de atar, que no está atado.
Pues que tanto admiras el saber de los viejos, voy a darte el mejor de los consejos: cree sólo esta verdad: Todo es mentira.
La vida es dulce o amarga; es corta o larga. ¿Qué importa?
El que la goza la halla corta, y el que la sufre la halla larga.
La amistad es un amor que no se comunica por los sentidos.
En guerra y en amor es lo primero el dinero, el dinero y el dinero
No olvides un instante que es quedarse detrás no ir delante.
Humoradas de Ramón de Campoamor