Jueves, 03 Septiembre 2009 18:00

REFLEXIONES SOBRE LA LIBERTAD

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El 3 de mayo y el 1 de setiembre de cada año se discute sobre libertad de expresión, prensa y derecho a la información en Costa Rica, eso es bueno, sin embargo no se puede olvidar en el fondo de la discusión el valor supremo de la libertad en una sociedad democrática y el deber de rendir cuentas que tienen todos los que están en la función pública.


Estos últimos deben enfrentar la crítica…sana o insana, justa o injusta pero, en última instancia, la reciben por  ocupar por su voluntad un rol público. Si no se quiere estar expuesto, la solución es fácil: no exponerse, no aspirar a posiciones públicas y no administrar bienes públicos.

Un periodista en su rol en los medios siempre, tarde o temprano, enfrentará situaciones difíciles, sobre todo, si da a conocer cosas que el actor político quiere ocultar o minimizar o bien que solo se digan sus obras buenas y se oculten sus errores. Para mí ellos merecen todo mi respeto y apoyo. Su labor de vigilancia es fundamental y debemos apoyarlos, si realmente creemos en la transparencia y, sobre todo, cuando su labor es ética y equilibrada. 

Me duele ver a muchos colegas que por diversas razones algunas justificadas o no, platean argumentos teñidos de alguna ideología o resentimiento en contra de la labor de la prensa.  

A ellos les pregunto colocándose en las dos posiciones…cuando sus “amigos” o ellos están o han estado en el poder o cuando son sus contendores:  

¿Qué es mejor en una democracia: una prensa incomoda o una prensa complaciente, una prensa fuerte o una prensa débil, una prensa comprable o una prensa digna, una prensa critica o una prensa light?

He visto a algunos colegas en oposición y en el poder y junto con los políticos de turno alimentan y usan a la prensa para dar a conocer y maximizar los errores del contendiente. ¿Esto es bueno o es malo?, ¿Esto es sano o no? ¿Esto es posible con una prensa independiente o una prensa matriculada con alguien?

Una cosa si es cierta: al político le gusta la foto de portada y al comunicador afín le encanta ayudarlo para que logre ese objetivo. Acá la prensa es maravillosa.

Pero si la prensa denuncia algo, todo cambia, y a algunos les encantaría que alguno de los miles de rayos que caen sobre la tierra la fulminara.

¿Pero cual debe ser la posición de un demócrata que cree en la diversidad de opiniones, en la libertad circulación de las ideas, en el derecho a disentir, en la pluralidad, en la diversidad, en la responsabilidad y calidad en los contenidos de los medios?

Creo que la respuesta es clara: apoyando acciones para el logro de reformas de ley que fortalezcan la labor de la prensa y, a plena luz, aportar constructivamente promoviendo la unión del sector de los comunicadores que piensan en el futuro y no creando divisiones ficticias e innecesarias.