Juan Rueda fue el primer tico que recibió un transplante de corazón.
Una de las primeras cosas que hizo fue visitar a la madre del muchacho que, al fallecer, le había donado su corazón
La señora lo recibió huraña y esquiva, pero poco a poco fue entrando en confianza.
Al rato, se le sentó al lado y le dijo:
Juan, me deja escuchar el corazón de mi hijo?
y ahí, en la sala de su casa, cerró los ojos y pegó el oído al pecho de un hombre extraño, para escuchar como el corazón de su propio hijo seguía dando vida, después de la muerte
eran dos gemelitas que nacieron prematuras
a pesar del esfuerzo del personal del hospital, una de ellas empezó a perder la lucha por la vida.
Finalmente las pusieron en incubadoras separadas, para por lo menos salvar a una.
Pero una enfermera las puso de nuevo juntas, pensando que así estaban en el seno de su madre.
Cuando al rato volvió a verlas, la gemelita sana había girado su cuerpo y abrazado a su hermanita agonizante
Pero algo más había en ese abrazo, pues con el calor de su hermana, volvió la salud y la vida para ese pequeño ser,
Hace más de medio siglo, un presidente de la república, visitó el hospicio, conversó con los niños y les acompañó a comer.
A solas con ellos, les confesó, con lagrimas en los ojos, que su mayor amargura era no haber tenido hijos, no haber sentido las risas infantiles, los juguetes tirados ni las paredes manchadas.
Al día siguiente, uno de los niños, le pidió a un funcionario del hospicio que le escribiera una carta.
Sentado, meciendo los pies, el huerfanito suspiró, y comenzó a dictar su carta.
Señor presidente, yo quiero darle una sorpresa. Para que usted no esté tan triste, yo voy a dejar que usted sea mi papá
poema a varias manos, son imágenes ticas recopiladas por el periodista Camilo Rodríguez