De las bellezas de Costa Rica, hay una que pocos turistas se van sin conocer es el Parque Nacional Volcán Arenal.
El temperamental Volcán, uno de los más activos del mundo, tiene cada cierto tiempo, erupciones de cenizas y lava, acompañadas de estruendos ya familiares a la población vecina, pero espectaculares para los turistas.
Aunque el público solo puede acercarse a unos tres kilómetros del cráter, su tamaño hace que se vea, y ¡se le escuche! Como si estuviese al lado. Si usted aun no conoce el Volcán Arenal cara a cara, es su obligación enterarse por qué, turistas de todo el mundo vienen a verlo.
Aunque lejos de las principales ciudades costarricenses, Al Arenal, se puede llegar en vehículo propio en excelentes carreteras desde Ciudad Quesada, o desde Tilarán.
También hay servicio publico de buses desde San José y Ciudad Quesada hasta La Fortuna, en donde hay numerosos transportistas que, por una módica suma, llevan a los turistas hacia el volcán, a toda hora del día y de la noche.
La abundante lluvia de la región adorna los alrededores del Volcán Arenal con una hermosa vegetación.
También típica de la zona es la neblina, y las bajas nubes que rodean las montañas de la zona, y que a veces incluso obstruyen la vista de las erupciones.
Por curioso que parezca, los primeros colonizadores del siglo veinte llamaban al Arenal simplemente la montaña y al parecer no se habían dado cuenta de su condición de Volcán activo, sus laderas fueron habitadas por fincas ganaderas hasta la trágica explosión de hace ya mas de treinta años, que dejó casi noventa muertos.
Aun hoy, el Arenal rara vez deja pasar mucho rato sin recordarnos, a veces de manera dramáticas, que es un Volcán de verdad, y está muy activo.
Pero con sentido común y respetando los consejos de los funcionarios del Parque, se puede disfrutar del arenal sin correr ningún riesgo.