Las aduanas han estado muy de moda en los últimos tiempos.
De hecho, el presidente Abel Pacheco le ha declarado la guerra al contrabando y a la sub-facturación, dos importantes irregularidades que se presentan en el actual sistema aduaneros.
Pero, ¿en qué consisten estos dos tipos de evasión?
Karina Baranovich, administradora de aduanas, nos explicó que el contrabando es el ingreso de mercancías al país, por vías y rutas no autorizadas, con el objetivo de evadir el pago de los impuestos.
¿Y la sub-facturación?
Es declarar ante las Aduanas, valores inferiores a los que se pagaron realmente por las mercancías que se van a nacionalizar.
Estas irregularidades dieron pie a que las autoridades tomaran la determinación de intervenir las aduanas, para tratar de dar fin al flujo subterráneo de mercancías.
Según José Alberto Martínez, abogado consultor en este tema, las aduanas son parte fundamental del engranaje del progreso, y son uno de los brazos del Gobierno para cumplir con su política económica.
La aduana como tal no es un fin en si mismo, sino que ayuda o colabora con la política económica del estado.
De ahí la importancia de que este servicio público trabaje con eficiencia y produzca los ingresos esperados.
Algunos sectores económicos ligados al comercio internacional se han manifestado en pro de una reforma de todo el sistema aduanera.
Las circunstancias de la región exigen que las aduanas estén preparadas para los próximos retos: los Tratados de libre Comercio, el proceso de integración y su consecuente desgravación arancelaria.
Sin embargo, la Asociación de Aduanas considera que la reforma es innecesaria, debido a que actualmente ni siquiera la ley existente se aplica en su totalidad.
Lo cierto es que Costa Rica ha pasado de ser uno de los países con más altos impuestos aduaneros del área latinoamericana, a estar inserto en un esquema de liberalización de importaciones y rebaja de tasas aduaneras.
Y no todo el proceso ha sido ordenado ni transparente.
Sobre esto, seguiremos hablando en la edición de mañana.