Muchos son los campos en que podemos constatar la veracidad de ese decir, comenzando por las relaciones humanas, aquellas donde la sencillez y la espontaneidad son las principales características, es donde generalmente crecen amistades entrañables, que nos acompañan durante toda nuestra vida, tanto en los momentos de éxito y alegría, como cuando tenemos que enfrentar el dolor, la tristeza y el fracaso.
También se puede aplicar en la forma de organizar nuestros deberes y tareas cotidianas. Si desde un inicio, cuando todo es sencillo, nos preocupamos de ir ordenando adecuadamente nuestras obligaciones, veremos como estas se vuelven menos agobiantes, que si las dejáramos para el último momento, apiñadas con otras actividades que igualmente requieren de nuestra atención inmediata.
Pero esa manera simple de abordar las diferentes situaciones, también es muy válida para afrontar los grandes retos comunitarios y sociales. Tomemos como ejemplo el problema de la basura y el tratamiento de las aguas negras y residuales, el cual es un verdadero caos y emergencia nacional.
A través de los años, hemos dejado, especialmente las autoridades, que el problema adquiera dimensiones realmente alarmantes. Su resolución, cada vez, es más compleja de lograr en forma satisfactoria. Las propuestas tradicionales buscan centralizar en pocos focos el destino de la basura pero ninguna comunidad, naturalmente, quiere que le lleven la basura producida por otras personas. Tampoco aceptarán que en su localidad se establezca una planta de tratamiento de aguas negras y residuales.
Por lo tanto, las políticas públicas sobre el manejo de la basura y las aguas residuales y negras, deben enfocarse a que estos problemas sean resueltos localmente. Cada comunidad debe manejar sus propios desechos, así nadie podría alegar que le están echando sobre sus espaldas los asuntos provocados por otras personas.
El dividir la resolución de los desechos en pequeñas comunidades, no significa que el Estado no tenga injerencia alguna en tema. Todo lo contrario, la participación estatal orientando y creando las infraestructuras necesarias e integrando todos los esfuerzos, es vital y se debe realizar a través de los gobiernos locales y del Ministerio de Salud. Estas actividades son importantes para lograr la necesaria integración y efectividad, a nivel comunitario y nacional, de la política sobre el tratamiento de los desechos.
Por otro lado, una política nacional visionaria sobre el manejo de los desechos, es un gran negocio, tanto económico como en salud pública, todos estos materiales pueden ser reutilizados por distintas industrias, La idea es crear una cultura de manejo de los desechos. Cada familia debe separar su basura en plástico, aluminio, vidrio, papel y residuos orgánicos. Paralelamente, el establecimiento de pequeñas plantas de tratamiento de las aguas residuales y negras por barrios y caseríos, sería mucho más rentable y eficaz que la construcción de grandes infraestructuras que tienen altos costos económicos y reacciones sociales contrarias.
En el país existe el conocimiento y la tecnología suficiente y necesaria para resolver, de forma sostenible y sustentable el problema de los desechos generados por la actividad humana, lo único que hace falta es la voluntad política orientadora para impulsar una nueva cultura sobre su manejo.