Martes, 04 Agosto 2009 18:00

EL DIÁLOGO ANTE TODO

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Desde antes de su designación oficial como mediador en el actual conflicto hondureño, había sugerido por este mismo medio la intervención directa del Presidente Oscar Arias en la solución del problema del vecino país, precisamente por su capacidad y experiencia. Frente a las voces estridentes de algunos mandatarios de la región, el buen pensamiento del Presidente Arias se traduce en una propuesta realista que ha tenido el apoyo de los dirigentes políticos sensatos en la mayoría de los países del continente americano y también de Europa.

Honduras está en crisis y necesita el apoyo de los virtuosos para superarla. Honduras no necesita las voces del odio ni los discursos fanáticos de los escandalosos. Honduras necesita diálogo. Diálogo ante todo. Porque solo mediante el diálogo es posible restituir el orden constitucional en ese país, y con ello, fortalecer la democracia. Honduras debe poner su mirada en la propuesta del Presidente Arias, como la única vía posible para edificar a partir de ella. La Declaración de San José, como bien lo apuntó don Oscar Arias, no es perfecta, pero al menos constituye un mecanismo razonable para que los hondureños reconstruyan su democracia.

Diversos antecedentes en el contexto centroamericano dan cuenta de la práctica del diálogo en situaciones políticas mucho más complejas por la diversidad e intensidad de los intereses en pugna. Después de largos años de violencia militar los centroamericanos, a la luz del Plan Arias de Paz, durante los años 80, comprobaron que el diálogo fue el único mecanismo para superar los conflictos. Por las cosas del destino, nuevamente y bajo la mediación del Presidente Arias el diálogo aparece con su potencialidad transformadora en el sentido de construir otro espacio para la solución del actual conflicto hondureño.


Es cierto que la gravedad y emergencia que representa la crisis hondureña ha dado lugar a innumerables interpretaciones y expectativas respecto de su evolución como así también, a la exploración de las posibles soluciones. En este contexto, los nuevos intentos de acuerdo, concertación y diálogo vuelven a concitar el interés de importantes sectores de la sociedad hondureña y del mundo entero. La propuesta está hecha, ahora corresponde a los hondureños demostrar su madurez y sapiencia para negociar sobre la base de la Declaración de San José.