Hace algunos años no se tenía información suficiente de lo que era el Déficit de Atención y sus implicaciones por lo que cientos de niños y jóvenes carecían del apoyo necesario para enfrentar su dificultad. En aquel momento no era suficiente que la ciencia hubiese comprobado el origen neurológico del trastorno y el impacto que podía tener en el desarrollo socio-afectivo y de aprendizaje de quienes lo presentaban.
La falta de conocimiento para reconocer la dificultad, hacía que cientos de niños y jóvenes fueran víctimas de acusaciones, discriminación y hasta agresión por su falta de control y de habilidad para realizar tareas tan simples como poner atención en clase, estar quieto o seguir instrucciones a la hora de elaborar un examen.
Teniendo la capacidad suficiente para aprender, muchos eran excluidos por un sistema carente de oportunidades para atender sus necesidades, donde se les acreditaba toda la responsabilidad a ellos, acusándoles de tener falta de voluntad para controlarse o culpando a los padres por las acciones de los hijos. Para quienes conocemos del trastorno, sabemos que esto es como pedirle aun ciego que se esfuerce por ver para que logre leer, cuando lo que necesita es que le enseñen a lograrlo a pesar de su limitación. La diferencia es que las personas que presentan el Déficit de Atención no se les ve la limitación y, por lo tanto, se carece de credibilidad y de sensibilidad de parte de todos para tolerar y comprender las diferencias.
Es fácil decir lo que se hace mal pero es un reto, para cualquiera, enseñarle a quien presenta una dificultad, cómo a hacerlo bien.
Dolorosamente en aquel momento, el sistema, el educador, la sociedad y hasta el estado mismo, no reconocían la importancia de esta dificultad y muchos menos la necesidad de tomar acciones concretas al respecto.
Fue así como nació hace 15 años la Fundación DA, una organización impulsada por padres, que sin recurso alguno más que el amor a los hijos, fue capaz de desarrollar un proyecto nacional, que con esfuerzo y dedicación lograría dejar una huella, promoviendo un cambio a través de un trabajo de información, capacitación y apoyo, cuyo objetivo fundamental era sensibilizar y crear consciencia de una necesidad que no estaba siendo atendida y que ponía en riesgo de fracaso a miles de estudiantes en este país.
Con el trabajo de muchas perdonas a lo largo de estos años, se logró dar una capacitación nacional a los educadores, se creó material informativo, se hizo presencia a nivel internacional, se desarrolló un proyecto preventivo de liderazgo en miles de jóvenes beneficiados y además, se logró el reconocimiento de los derechos de estos estudiantes a una adaptación curricular, entre muchas otras acciones. Como resultado de este esfuerzo de años, la Fundación DA se hizo acreedora del reconocimiento internacional por la Organización de los Estados Unidos CHADD, por su trabajo en beneficio de las personas con Déficit de Atención.
Este es un ejemplo de lo que se puede lograr cuando se tiene la pasión suficiente por lo que se hace y cuando la dificultad se convierte en una oportunidad. Por eso seguimos convencidos del valor de nuestro trabajo porque creemos que con un “cambio de actitud podemos cambiar el destino de una persona”.