Tenemos un amigo algo mayor que se queda escuchando a los jóvenes y toma nota de sus frases y después las comparte con nosotros,

Estas son algunas de sus notas:

Hay jóvenes que se quejan; no es justo.

Nuestro amigo responde: Acostúmbrate, nunca te darán el puesto que tú crees que te mereces, nunca te chinearán como tu madre, nunca te enseñarán con la paciencia de tu padre. Tienes razón, La vida no es justa.

Otra queja de los jóvenes: a nadie le importo.

Respuesta. Cuando entres a trabajar te darás cuenta que a la gente le importa lo que tu haces, no quien eres. Especialmente a tu jefe. Entonces vas a echar de menos a tus profesores.

Otros jóvenes se quejan: me pagan una miseria.

Nuestro amigo responde: Aunque te sorprenda, te pagan por lo que haces o por lo que sabes hacer. Si no sabes nada, tu salario será igual. En ningún trabajo hacen curva con los salarios, como con las notas del cole.

Otra frase que se escucha a menudo: ¡Me daría vergüenza trabajar en ese puesto!

Respuesta: Ese fue un lujo que tus padres no pudieron darse. Tuvieron que aceptar el trabajo que fuera, por menos sueldo del que hoy te ofrecen. Lo único que les hubiera dado vergüenza hubiera sido no trabajar.

Por cada adolescente que dice “Déjenme solo” hay un padre que en silencio dice: “me dan ganas de hacerte caso” pero que sabe que no aguantarías ni 24 horas.

Y finalmente escucho: mis padres siguen viviendo en el siglo pasado.

Respondo en silencio: Tus padres no nacieron aburridos, se fueron aburriendo de años de alimentarte, vestirte, pagarte las cuentas del celular, limpiarte el cuarto, lavarte la ropa y encima escuchar tus quejas de porque no te compraban el ultimo chunche que estrenó fulanito.

Lo asombroso sería que no estuvieran viejos y aburridos.