Hace un minuto vimos como la especulación en los cereales ha agravado la carestía de los alimentos
Y que la especulación está afectando hasta el precio de las tierras de cultivo de regiones tan alejadas como África o Uzbekistán.
Pero, aunque los efectos de las crisis alimentaria y de combustibles lo sufrimos todos, los más afectados son los pobres.
En efecto, a medida que una familia se aleja de la pobreza, su presupuesto se dedica menos a comprar comida y mas a comprar ropa, equipamiento hogareño, salud, educación, diversión y otros.
una familia de clase media destina a alimentarse desde el quince al veinticinco por ciento del ingreso total.
En cambio una familia pobre gasta a veces más de la mitad de sus ingresos en alimentos.
Cuando el precio de los alimentos sube de manera dramática, la clase media tiene que prescindir de algunos gastos extras, pero a los pobres simplemente no les alcanza ni para comer.
Entonces los hijos dejan de estudiar, no alcanza para pagar un alquiler y terminan viviendo en precarios, pierden el acceso a la salud, y en dos palabras: pasan de la pobreza a la miseria extrema
Según el banco mundial, cien millones de personas pobres están cayendo en ese tobogán de la miseria por la carestía de los alimentos
los tan manoseados objetivos del milenio que se plantearon las naciones unidas, que incluían reducir el hambre del planeta a la mitad para el año dos mil veinticinco, quedarán en el reino de los sueños.
al programa mundial de alimentos, que brinda ayuda a los más pobres del planeta, le subieron la factura de quinientos a setecientos millones de dólares en un año.
Y la FAO dice que la canasta básica de una familia pobre en América latina sufrió un aumento de casi el cincuenta por ciento.
En solo un año, los cereales en el mercado mundial subieron el cuarenta por ciento, los aceite el sesenta y los lácteos; ochenta por ciento.
Lo dramático es que antes de la crisis, ya habían más de ochocientos cincuenta millones de personas desnutridas, o sea uno de cada ocho seres humanos no comía bien.
Y cada cinco segundos muere un niño, a causa de desnutrición o de enfermedades causadas por la pobreza.
Y si eso era antes de la crisis,
¿Adonde iremos a parar?
Por desgracia, en panorama no tenemos las respuestas
Pero las seguiremos buscando