Un Crimen, suspenso, y al final del libro, un detective descubre al asesino y lo explica todo.
Esa era la receta de las novelas de Agatha Christie, madre literaria de la anciana Miss Jane Marple, y del detective belga Hercules Poirot.
Por su lado, la escritora no gustaba de la fama y siempre se mantuvo alejada del publico.
De hecho, aun las personas que se conocen sus novelas de memoria, no reconocerían una foto suya.
Y en Londres, donde se desarrollan muchos de sus crímenes literarios, hay una cosa que no ha cambiado en cuarenta y ocho años:
El teatro "west end" sigue representando La ratonera escrita por Agatha Christie como un guión radial para la BBC, en homenaje a la reina María.
La obra se estrenó en mil novecientos cincuenta y dos, y desde entonces nunca ha dejado de representarse,
¡Todo un récord mundial!
Agatha Mary Clarissa Miller creció en un hogar acomodado
adoptó su nombre de Agatha Christie al casarse, al inicio de la primera guerra mundial, con un guapo aviador, el coronel Archibald Christie.
Durante la guerra, trabajó como voluntaria en un hospital militar, y allí aprendió sobre medicinas y venenos, lo que más tarde aplicó en sus novelas.
La verdad es que comenzó a escribir por ganarle una apuesta a su hermana menor, pero durante seis años nadie le quiso publicar sus historias de crímenes,
cuando al fin se publicó su cuarta historia, el misterioso asunto de Styles, no se detuvo durante cincuenta y cuatro años, hasta su novela final, cortina, publicada en mil novecientos setenta y cinco.
Aunque viajó mucho, Agatha Christie vivió siempre en un barrio muy tranquilo, y tomo el té todas las semanas con sus amigas
Ya fallecida, sigue siendo la más querida de las escritoras inglesas de novelas de misterio.