El año era mil novecientos veintinueve. Costa Rica era un país de gente descalza y sin dientes. Casas de barro y carretas en las calles. No había seguro social ni medicina preventiva. En ese año, una pareja de médicos escoceses protestantes, llegados gracias a la misión latinoamericana, funda la Clínica Bíblica. Un año después, la misión se transforma en asociación de servicios médicos costarricenses, constituida como empresa, pero sin abandonar los programas de beneficencia. Hoy, el departamento de acción social atiende gratuitamente a seis mil pacientes en medicina y odontología, además de trabajar en la rehabilitación de drogadictos y prostitutas, atención a enfermos de SIDA e indocumentados. Tres años atrás, comenzaron un proyecto piloto en Bahía Drake, una comunidad abandonada frente a la isla del caño. Para llegar allí hay que viajar ocho horas desde san José. Y la mayoría del tiempo hay que entrar en bote, El año próximo quieren llevar asistencia médica a la población de Tortuguero, en el Atlántico. Pero el fuerte del trabajo del departamento de acción social lo realizan en áreas pobres de la capital, como Tejarcillos de Alajuelita, en la Capri, los cuadros y la Carpio Todo esto, además de atender a los niños del hogar roblealto, a los del oratorio Don Bosco de Sor María Romero, a los indigentes rescatados por el ejercito de salvación, o a los indígenas de Guatuso y Térraba demuestran que cuando se trata de ayudar al hermano en desgracia, la fe es una sola. Así, la asociación de servicios médicos costarricenses ASEMECO, demuestra que la empresa privada puede comprometerse con la sociedad, y encontrar su lugar en la lucha por los mas necesitados