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Cuento de Navidad 1
¡Buenos días!
Hoy tenemos un nuevo cuento que compartir con usted.
Este cuento, de nombre NAVIDAD, nos llegó gracias a un o una oyente que se autodenominó FRES.
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Historia del Árbol de Navidad
Eran otras Navidades
Historia del San Nicolás
Santa Claus - Creación de la imaginaria dada por la publicidad
Depresión Navideña
Un cuento para contar una realidad... 2
Al final de la primera parte de la historia, José, un niño que busca hacer mandaditos a cambio de dinero, quiere comprar cinco con el colón noventa y cinco céntimos que ha ganado.
Narradora: y Don Fernando le dio cinco regalos, dos de niña y tres de niño. José no controlaba sus emociones, temblaba, lloraba, reía… y entre tantas emociones duró demasiado llegando a casa.
Mamá: donde estabas, no ves la hora que es?
José: Estaba de compras mamá, y mis hermanos?
Mamá: Ya se están acostando y que es esa gran bolsa?
José: son unos regalitos que compre con lo que me gane haciendo unos mandaditos, pero mamá llamemos a mis hermanitos.
Mamá: niños vengan, bajen un tirito.
José: Tome Ricardo, este es para usted Daniel, este otro es para usted José Rafael y por último los regalos para mis dos hermanitas.
Narradora: La mamá no aguantó la emoción y se hecho a llorar.
José: perdón, mami es que no habían juguetes para grandes….
Mamá llorando: no mi chiquito no lloro por no tener un regalo, lloro por usted, que siendo un niño no tenga un regalito como sus hermanitos.
José: No mamá, yo no soy un niño, yo soy un hombre, los niños si desean un regalito y mi mejor regalo es verlos felices a ellos y sé mamá que usted le pasa lo mismo…
Narradora: Ha pasado muchísimo tiempo, pero mucho desde aquella navidad, José todavía recuerda como ese día fue el mejor de su niñez.
Don José Gerardo Lara Orozco, el niño de esta historia que ahora es un hombre, le agradece a Don Fernando por aquella navidad en donde lo ayudó a ser “el niño hombre” de su hogar. Muchísimas gracias Don Fernando descanse en paz.
También le da gracias a Dios, por haberle permitido compartir su cuento.
Gracias a Autor: José Gerardo Lara Orozco, de grecia, Alajuela por compartir con nosotros esta interesante historia.
Al final de la primera parte de la historia, José, un niño que busca hacer mandaditos a cambio de dinero, quiere comprar cinco con el colón noventa y cinco céntimos que ha ganado.
Narradora: y Don Fernando le dio cinco regalos, dos de niña y tres de niño. José no controlaba sus emociones, temblaba, lloraba, reía… y entre tantas emociones duró demasiado llegando a casa.
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Cuento para contar una realidad o una realidad que puede ser cuento
Hoy es día de cuento, de nuestro oyente José Gerardo Lara Orozco, de Grecia, Alajuela.
Narradora: Eran las 2 de la tarde de un 24 de diciembre de l953, José tenía poco más de 6 años.
José: Doña Bella necesita que le haga algún mandadito.
Doña Bella: No ahorita no, pero más tarde quiero mandarle unos tamalitos a mis amigas, yo lo llamo.
José: bueno…..Doña Juana necesita algún favor?
Doña Juana: No, mi chiquito gracias
José: Huy ya son las 4:30, no he ganado nada. Necesito ganar algo para poder festejar hoy con mi mamá y mis cinco hermanos, pero que va, todos los días iguales.
Narradora: por más pobres que fueran, siempre iban a la escuela y llevan ropita rota pero limpia, a pesar de las circunstancias nunca dejaron de ir a la escuela.
José: me acuerdo de ese quesito amarillo que nos daban en la escuela lo traíamos a la casa y mamá hacia unas tortillas riquísimas.
Narradora: eran ya las 5:45 de la tarde.
Doña Bella: Chiquillo…chiquillo.
José: si Doña Bella… en que puedo servirle?
Doña Bella: Por favor lleve estos tamalitos a Doña Rosaura, estos para Doña Emérita, estos otros para Carmelita que siempre espera y le gustan mis tamalitos a y de paso démele esta piñita a “don Chico agachado” el que pide limosna en la esquina del parque, recuerde, siempre hay que hacer la caridad.
José: Bueno Doña Bella voy soplado
Doña Bella: Tome esto es para Usted y para su mamá estas dos piñitas.
José: mmm…. 35 céntimos.
Narradora: José se fue lo más rápido que pudo a dejar el pedido y cuando terminó se fué para la casa.
Mamá: José, vaya donde Doña Inés que necesita algo.
José: Doña Inés en que puedo servirle
Doña Inés: Podría llevar estos regalitos, ahí están los nombres, no los revuelva por favor.
Narradora: Le dieron un colón, ya tenía l.35 y otros mandaditos ajustaron un colón noventa y cinco centavos.
José corrió a la tienda, pensando solo en su madre y sus cinco hermanos, al fin llegó a la tienda de Don Fernando.
José: Don Fernando tengo l.95 y necesito seis regalitos
Narradora: Don Fernando lo miró con ojos de Bondad.
Don Fernando: ¡diay! chiquillo con eso no compra ni la mitad de uno, pero voy a ver que puedo hacer.
Cuando regresemos el final de cuento de hoy, cuyo autor es nuestro oyente José Gerardo Lara Orozco.
Hoy es día de cuento, de nuestro oyente José Gerardo Lara Orozco, de Grecia, Alajuela.
Narradora: Eran las 2 de la tarde de un 24 de diciembre de l953, José tenía poco más de 6 años.
José: Doña Bella necesita que le haga algún mandadito.
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Un Cuento de Navidad 2
En nuestro primer capítulo dejamos a un joven agente vendedor, en medio de la tristeza por no poder viajar a encontrarse con familia en Navidad.
Narradora: La espera era desesperante y el vendedor había perdido todas sus ilusiones.
Parlantes: Pasajeros del vuelo 1225 favor pasar a la rampa número 24.
Anciano: Bueno amigo, me han llamado, lo siento; pero no pierda sus esperanzas ¡Es Navidad!....y todo puede ocurrir en Navidad. ¡Feliz Navidad!
Narradora: El anciano se marchó. Cuando de repente, el vendedor observó que el viejo había dejado el boleto olvidado en su asiento.
Muchacho: Señor, señor….
Narradora: Pero el ruido del ambiente era demasiado, el anciano cruzó la puerta, viendo esto el vendedor tomo el boleto y corrió hasta la Rampa de Salida con el boleto en su mano.
Azafata: Pase caballero, usted es el último, le fue asignado el asiento número 25 junto a la ventana, esperamos que disfrute su viaje.
Muchacho: No señorita exclamó el vendedor, el boleto no es mío, pertenece a...
Azafata: ¿No es usted el señor Manuel López?
Muchacho: Sí, ¿por qué?
Azafata: ¡Entonces éste es su boleto mire...!
Narradora: El joven asombrado, vio su nombre en el boleto y de inmediato instintivamente buscó el suyo, en el bolsillo de su chaqueta ¡y no lo halló!
Entonces recordó las palabras del anciano.
Anciano: No pierda las esperanzas, es Navidad y todo puede suceder en Navidad. ¡Feliz Navidad!......
Narradora: Entonces el joven entre sorprendido y sonriente.
Muchacho: ¡Sí, Feliz Navidad!
En nuestro primer capítulo dejamos a un joven agente vendedor, en medio de la tristeza por no poder viajar a encontrarse con familia en Navidad.
Narradora: La espera era desesperante y el vendedor había perdido todas sus ilusiones.
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Un Cuento de Navidad
Este cuento nos lo recibimos gracias a nuestro oyente Autor: Rodolfo R. Martínez López.
Narradora: Un viajero angustiado se movía de un lado a otro en la fila de espera del Aeropuerto, a su lado en una larga fila un señor mayor, lo observaba con atención.
Alguien hablando por los parlantes: Por causa del mal tiempo el vuelo 2512 se encuentra retrasado por lo cual los pasajeros serán colocados en líneas aéreas colaboradoras; se ruega permanecer en sus puestos y se les asignará cupo según un distribución aleatoria realizada por computadora, para no favorecer ni perjudicar a nadie.
Narradora: El joven se miraba angustiado y sus manos temblorosas transmitían su nerviosismo.
Anciano: ¡Joven! ¿Qué le inquieta tanto?
Muchacho: Sabe, soy Agente Vendedor y he estado lejos de mi familia las 2 Navidades anteriores, mi familia molesta por ello me ha reclamado y les prometí que este año sería diferente; que aunque el mundo se desplomara, nada evitaría que yo pasará esta Navidad con ellos.
Anticipé las reservaciones del caso y trasladé previo mis compromisos para esa fecha; todo lo tenía planeado...pero ya vé, ¡se me olvidó controlar el clima!
Con esta terrible tormenta se retrasó mi vuelo, posiblemente no llegue y si no consigo cupo en el próximo, le quedaré mal a mi familia una vez más.
Narradora: Lentamente la fila empezó a moverse, hasta que le tocó el turno al joven en el mostrador del aeropuerto.
Secretaria: Lo siento señor pero le fue asignado cupo en el vuelo de mañana a las 8 am
Muchacho: Pero señorita...
Secretaria: Lo lamento señor pero fue el cupo que le fue asignado y no se puede hacer nada!... ¡el que sigue en la fila por favor!
Narradora: El vendedor salió de la fila y caminando como persona ebria `por su dolor haciendo zigzag y dando tumbos llegó hasta un asiento en la Salita de espera, donde se desplomó.
Anciano: ¿Cómo le fue joven?
Narradora: El hombre ni le contestó.
Anciano: ¡Oh, lo lamento!; yo si obtuve cupo para esta noche, pregunté si se podría cambiar con otro pasajero ya que yo no tengo prisa, pero la secretaria me dijo que no se permitirían los cambios, porque se produciría un caos con el equipaje. Lo siento.
Narradora: El joven hundió la cabeza entre sus manos y sollozaba.
Muchacho: ¡Dios mío! ¿Cómo le puedo fallar a mi familia otra vez? Se que no he sido buen creyente ni practicante, pero si me estas oyendo ¡Te suplico encarecidamente que me ayudes!
Cuando regresemos lña segunda parte de esta historia de NAVIDAD, cuyo autor es Rodolfo R. Martínez López.
Este cuento nos lo recibimos gracias a nuestro oyente Autor: Rodolfo R. Martínez López.
Narradora: Un viajero angustiado se movía de un lado a otro en la fila de espera del Aeropuerto, a su lado en una larga fila un señor mayor, lo observaba con atención.
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