¡Se tilda a la racionalidad —como si esta fuera negativa— de ser producto del neoliberalismo! ¡Se le acusa de los males sociales todos, a partir de los salarios bajos de algunos, la falta de empleo, las brechas de ingresos y la disparidad social! Todo ello es consecuencia del sistema neoliberal… No importa en forma alguna que las instituciones nacionales hayan sido diseñadas por la social democracia y la democracia cristiana o los problemas sean organizacionales o humanos, de gobernanza o de dirigencia.
Así como generalizando se ha señalado que todos los políticos son corruptos y que si no han sido condenados por los tribunales es porque la fiscalía es corrupta y los tribunales nombrados por los políticos son corruptos, todo los males de nuestros días según los detractores de la democracia, son consecuencia del “neoliberalismo”.
Muchos presuntos yerros neoliberales en realidad son producto del mal funcionamiento de instituciones en razón de las personas y sus falencias humanas y no de los principios liberales o democratacristianos o social demócratas y los resultados del uso de aquellas herramientas.
No se mejora sociedad alguna suprimiendo la libertad, la iniciativa de las personas, su afán de superarse, su genio particular. No se mejora una sociedad quitando a todos lo que tienen para nivelar hacia la pobreza la economía de ese país. No se cierran brechas acabando con los que tienen para que nadie tenga nada. No se persigue ni amedrenta a los emprendedores. No se denigra a los motores del progreso social.
Quienes consideran que todo es culpa de los sistemas y no de los seres humanos estarán condenados a equivocarse en grande.