Martes, 07 Marzo 2017 08:35

Y se nos acaba el agua

Costa Rica ha apostado por inversión extranjera directa donde el uso intensivo de capital humano en industrias de poco valor agregado sea sustituido por empleados especializados y de alto nivel educativo. Esto está muy bien, pero la solución para los problemas del desempleo no yace en captar dinero de inversionistas extranjeros solamente sino en promover el emprendimiento local.

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En un artículo reciente, la revista inglesa TheEconomist mencionó cómo es que la era de las compañías multinacionales poco a poco va desapareciendo cual oleaje en marea baja y esto debería de tenernos muy al tanto, pues mucha de esa inversión extranjera directa recibida por Costa Rica proviene de empresas multinacionales.
Los cambios tecnológicos que se avecinan deberían de preocuparnos; se habla de una sustitución masiva de puestos no tradicionales como la Medicina y la Abogacía, con robots dotados de inteligencia artificial, los cuales abaratarían significativamente los costes de las empresas pero a la vez aumentarían considerablemente el desempleo.
Queda claro que el avance de la inteligencia artificial ya se evidencia en puestos no complejos, pero si se mantiene aquella norma de Monroe de que la tecnología duplica su capacidad cada dos años, aun si no es del todo cierto a estas alturas pues ya se ha llegado a un punto de equilibrio al respecto, ello no implica que dicha capacidad de duplicación no vaya a afectar los puestos de trabajo, especialmente aquellos que generan poco valor agregado para las empresas.
Al igual que ocurre con el preciado líquido del agua, se nos acaba una de las principales fuentes de vida del modelo empresarial actual: La multinacional. Este es un tema al cual el gobierno ni siquiera se ha molestado en analizar, pues al parecer en nuestro país no hemos caído en razón aun de la gravedad de la situación, y seguimos hablando de puestos en centros de contacto, cuando la automatización avanza a tal velocidad, que quizás en diez años el tener trabajadores contestando un teléfono o correos electrónicos en una computadora sea tan obsoleto como tener un carro carburado.
Si bien es cierto que no hay una pomada canaria, o panacea, la promoción de emprendedores en el sector de las micro, pequeñas y medianas empresas, paliaría de alguna forma la marejada que se avecina y de la cual no hay nadie en el orbe que se salve. No es por medio de leyes contradictorias por doquier que se promueve el emprendimiento, sino por medio de la disminución de las trabas para abrir un negocio. Emprender nos permitirá generar empleos y darle de comer a las personas. Emprender es la solución, pero es como el amor, no se fuerza sino que nace por la propia interacción de las personas.