Se trata por tanto de una semana llena de alegría y esperanza porque miles de estudiantes, maestros y cooperativistas se sienten orgullosos de pertenecer a un sector productivo que por más de 70 años ha generado desarrollo y bienestar a la familia costarricense, en áreas como ahorro y crédito, lácteos, electrificación, café, azúcar, salud y transporte por citar una pequeña referencia.
Hoy quizá pocos ciudadanos saben o reconocen que Costa Rica ha florecido, en gran medida, gracias a la mano fértil de sector cooperativo. Las cooperativas cafetaleras, por ejemplo, han garantizado la justa distribución de la riqueza derivada de la comercialización del grano de oro entre pequeños y medianos productores. Asimismo, las de ahorro y crédito han ofrecido soluciones financieras a poblaciones que, por diversas razones, no podían acceder al crédito de la banca tradicional. Gracias a ellas miles de ciudadanos pueden gozar de vivienda, educación, salud y apalancamiento microempresarial.
En ese sentido, la lista resulta infinita porque podemos seguir hablando sobre el impacto de los productos lácteos de Dos Pinos en la salud de los costarricenses o bien en el desarrollo que las cooperativas de distribución eléctrica han generado en la Zona Norte, Los Santos y Guanacaste. Dichosamente la filosofía cooperativa, anclada en valores humanistas y en la capacidad emprendedora de las comunidades organizadas, no es una quimera o un sueño lejano; es una realidad contundente y visible que debemos fortalecer.
Así, el sector cooperativo es fiel testimonio de que los costarricenses hemos sabido vivir y aplicar la cooperación. De allí que en estos tiempos, signados por el individualismo y la superficialidad, es preciso volcar la mirada hacia modelos más edificantes de desarrollo y convivencia ciudadana. Es cuando el sistema cooperativo dice presente en la construcción de una Costa Rica más solidaria.
Luis Felipe Arauz Cavallini
Presidente del INFOCOOP