Esto nos enseña que no existe una sola razón para determinar la causa de la pobreza, y más bien nos alerta sobre las diversas motivaciones sobre este serio problema que condena a millones de seres humanos a las condiciones más deplorables y denigrantes de la humanidad.

La pobreza podemos encontrarla en cualquier parte del mundo donde por limitados conocimientos técnicos no es posible hacer un uso racional de los recursos naturales, y también la podemos encontrar en aquellos países  donde se malgastan los dineros en armamentismo y se sacrifican la educación y la salud, teniendo como resultados altos niveles de analfabetismo y de enfermedades.

La pobreza es el resultado de gobiernos irresponsables  que no solo no se comprometen  a combatirla, sino que se vuelven insensibles a las realidades de la pobreza y ni siquiera de preocupan por desarrollar programas sociales para alivianar las paupérrimas condiciones de miseria, hambre y dolor de sus pueblos.

La pobreza es el resultado de la distribución desigual de los recursos, que egoístamente  permite a un pequeño sector de la población mundial absorber una porción gigantesca de la riqueza y de los ingresos que se generan con el esfuerzo y el sacrificio de la mayoría desposeída.

La pobreza también es obra de la deuda externa que no solo es una pesada carga para los países que la contrajeron, sino una razón fundamental que hunde las esperanzas para lograr en estas naciones un mejoramiento de las ya maltratadas condiciones socioeconómicas.

La pobreza es resultado muchas veces de un comercio exterior injusto, donde los países ricos consiguen mejores términos en el intercambio, mientras que los países pobres tienen que conformarse con lo que puedan lograr con su limitado margen de maniobra.

Todas estas causas de la pobreza son parte de una situación estructural en lo económico, lo social, lo cultural, lo ético y lo político, y en tal sentido, todos los miembros de la sociedad estamos obligados a contraer un compromiso para superar, sin pasiones partidistas, los serios problemas que causan la pobreza en nuestros pueblos.

En este proceso – donde nadie tiene la verdad absoluta y tampoco las soluciones - debemos cuidarnos de asumir sermones desmedidos, lamentos infundados y discursos populistas, porque de esto la población ya está cansada. La solución práctica a la pobreza no es sencilla, pero lo más importante para superarla es tener la suficiente voluntad para afrontarla con absoluta solidaridad.