Hemos visto en los últimos días una serie de movimientos tácticos entre distintas fuerzas del sector salud. Por un lado, están los jerarcas de la Caja, de mentalidad favorable a la creciente – y costosa – participación del sector empresarial en la prestación de servicios de salud. Por otro lado, opuesto a esa participación, se agrupa un frente de sindicatos de médicos y otros empleados, el cual se irá reforzando conforme ingresen a él otras poderosas organizaciones sindicales de otros sectores, incluyendo los del ICE. Es decir, están dadas las condiciones para ir a un diálogo o a una confrontación, donde no es tan la cuestión salarial la que interviene, sino el problema de cuánto y dónde debe la caja comprar servicios de salud a hospitales, clínicas, laboratorios y farmacias privadas.