Las noticias no pueden ser más reveladoras: 20 mil empleos están por perderse pues varias empresas, entre ellas textileras, del centro y otras zonas del país, hacen maletas para trasladarse a Nicaragua pues temen que el TLC, aunque aprobado en el referéndum del 7 de octubre pasado, no entre en vigencia por falta de la aprobación de las leyes de implementación, ante el bloqueo de 19 diputados, opositores acérrimos a ese tratado comercial.
En uno de esos reportajes, una humilde empleada de dichas empresas, compungida y angustiada, suplicó a esos diputados, “ponerse las manos en el corazón” (sic) y permitir que sean aprobadas esas leyes pues, de lo contrario, cientos de familias, en Tres Ríos, Grecia, Alajuela y otras “zonas francas” del país, perderán, muy pronto, su sustento diario.
También, por fuentes fidedignas supe que cerca de 300 ciudadanos enviaron una carta al señor Ministro de la Presidencia para que el gobierno solicite, en calidad de urgente, a la Procuraduría General de la República, como Órgano Superior Consultivo Técnico Jurídico de la Administración Pública, un pronunciamiento, estrictamente jurídico, que determine y se pronuncié “… sobre la legalidad, licitud o ilicitud de la conducta de los señores diputados que pretenden impedir la votación de los proyectos de ley necesarios para implementar eficazmente la ley del TLC”, de tal suerte que de ser dichos actos ilegales e inconstitucionales, señale el camino a seguir, dentro de un estado de derecho, por aquellos mismos violentado, a fin de enderezar “el entuerto y restablecer el respeto a la expresa voluntad del pueblo costarricense”.
Es de esperar del Señor Ministro de la Presidencia, don Rodrigo Arias Sánchez, dé curso a tan atinada solicitud, hecha por estos compatriotas, quienes, sin duda alguna, responden a la mayoría de conciudadanos, que sólo esperan de los legisladores y, especialmente, de quienes tienen bloqueada y secuestrada la Asamblea Legislativa, que dejen votar las leyes que hará posible que Costa Rica se vea beneficiada, como el resto de países del istmo, de los grandes beneficios de este tratado comercial.
Para cerrar su misiva al Señor Ministro dicen estos ciudadanos, preocupados por el impasse en que se haya el país, por culpa de estos diputados, que no lo dejan avanzar, que están indignados “por el bochornoso espectáculo que por cuenta de muy pocos, y a pesar del esfuerzo de muchos, se ofrece en estos momentos en nuestra Asamblea Legislativa”.
Ojalá que el Ministro Arias y todo el Gobierno, reaccionen prontamente ante tan legítima preocupación de quienes sólo les mueve que Costa Rica salga del peligroso y profundo hoyo en que unos pocos se empeñan en mantenerla, por mucho maniatada y asfixiada.