La calidad – como concepto y como valor – constituye el fundamento esencial de la vida y como tal está ligada a todas las manifestaciones del desarrollo humano, no sólo en aspectos productivos y de comercialización, sino también vinculada con las actividades sociales, educativas, políticas y culturales, incluyendo el amor y el respeto hacia los demás y hacia el trabajo.
No se trata solamente de un término lingüístico o de una acepción normativa, en realidad la calidad tiene que ver con el más claro manifiesto de la sociedad moderna de impregnar en el quehacer cotidiano determinados estándares que de una u otra manera mejoran nuestras condiciones de vida.
Bajo esta consigna interpretativa de parte nuestra, a escala internacional se designó el mes de octubre como el Mes de la Calidad, siendo un hecho importante el desarrollo de diversas actividades que resaltan la imperiosa necesidad de que el mundo entero se afiance y se rija cada vez más bajo los estándares internacionales de calidad.
A nivel nacional, el Estado costarricense aprobó en el año 2002 la creación del Sistema Nacional para la Calidad que funge como marco para fomentar las actividades vinculadas al desarrollo y a la demostración de la calidad en el país. Así mismo, el Ministerio de Economía, Industria y Comercio fue designado como el ente rector de este sistema, teniendo – dentro de sus prioridades ministeriales – el desarrollo de actividades de promoción de la calidad en diferentes ámbitos y hacia diversos públicos.
Entre otras actividades, nos parece interesante resaltar en esta ocasión programas fundamentales relacionados con la competitividad, la reglamentación técnica, la defensa del consumidor, la mejora regulatoria, la coordinación de acciones para el fortalecimiento de las PYMES, y particularmente, la realización de varios talleres sobre Metrología dedicados a niños y niñas de educación primaria, con el fin de colaborar en la creación de una cultura nacional de calidad desde la edad escolar.
El concepto de calidad constituye a la vez un imperativo ético que debe materializarse en las realizaciones integrales del ser humano puesto que la vida misma es la razón de la calidad. En consecuencia, la calidad de vida denota una situación favorable de la convivencia colectiva y se aplica a todas las actividades de la humanidad que la permiten, como la cultura, la política, la educación, las artes, la promoción social, y por supuesto la aplicación de los más avanzados desarrollos tecnológicos y científicos al proceso productivo y comercial.
Denota, igualmente, un mayor interés por el desarrollo de actividades que entre otras razones procuren producir sin dañar la naturaleza, producir sin dañar la salud, y producir de acuerdo con los estándares internacionales de calidad. Nuestro reconocimiento sincero al MEIC por la realización de programas que fortalecen la calidad de vida de los costarricenses.