En una democracia como la nuestra, el sufragio es una expresión política de la voluntad individual que tiene como principal fundamento la participación de los ciudadanos en la designación de los representantes del pueblo costarricense ante las diversas instituciones del sistema político.Pese al desánimo que por lo general expresan muchas personas frente a este tipo de procesos, es oportuno tener sumamente claro la importancia del voto, pues constituye el mecanismo por excelencia a través del cual el pueblo legitima la elección y la autoridad de los funcionarios públicos.
Votar es un ejercicio de soberanía y la manifestación más pura del poder popular, y es ante todo un derecho esencial de la democracia que debemos ejercer con responsabilidad todos los ciudadanos, pues el deber de sufragar está implícito en nuestro comportamiento como una acción de patriotismo.
El sufragio universal – ejercido por hombres y mujeres en igualdad de condiciones y derechos - representa el instrumento electoral de orden constitucional más importante para garantizar la democracia representativa y el desarrollo de un país en paz.
Este primer domingo de febrero de 2010 los costarricenses tenemos una nueva oportunidad para ejercer el sagrado deber del voto, que como acción trascendental de la nación pone de manifiesto la madurez de los ciudadanos en la noble misión de construir siempre una patria mejor.
La campaña o llamado que hace el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), evidencia la solemnidad del sufragio, pues éste constituye el vínculo directo con la democracia representativa, y por medio del cual el pueblo confirma su vocación por la paz y el progreso.
La lucha histórica de nuestra nación por la democracia pasa precisamente por la consolidación del proceso electoral, y particularmente del derecho al voto directo y secreto. En consecuencia, todos los costarricenses tenemos que acudir al llamado sublime del TSE, en cuya institucionalidad depositamos la transparencia del proceso como lo hecho desde su fundación.
Todos debemos ir a votar para que de este modo Costa Rica siga progresando pacíficamente por la senda de la democracia, la solidaridad y el civismo, dando al mundo ejemplo de grandeza democrática.