Hace pocas semanas, un grupo de ciudadanos y ciudadanas de las más diversas orientaciones políticas, provenientes de la academia, del campo, de la empresa y de la comunidad, decidimos unir nuestras voces en defensa de la voluntad popular expresada en el referéndum del 7 de octubre de 2007.

La fuerza que nos une brota vigorosa y cristalina de nuestro amor  a la democracia costarricense, de nuestra fe en las instituciones republicanas y de nuestro compromiso de respetar y hacer respetar la voluntad ciudadana libremente expresada en las urnas. Nos une la convicción de que el ejercicio pleno de voluntad popular expresada en el referéndum no pueda sufrir más dilaciones estériles y que el país requiere y exige dejar el enmarañamiento legislativo actual e iniciar prontamente la construcción conjunta de un futuro de prosperidad compartida, de paz y de democracia.

Sería imposible, ocultar nuestra preocupación, pues aunque en los últimos días se han dado señales positivas de respeto a la voluntad soberana, surge la preocupación de que algunos diputados insistan en atravesar escollos antidemocráticos para impedir el cumplimiento de la voluntad popular. Por ello Costa Rica debe ponerse en pie, cada hombre y mujer costarricense deben exigir el fin de la obstrucción legislativa y el final de todas las prácticas antidemocráticas con las que se pretende desoír el mandato popular.

No podemos aceptar, - ni ahora ni nunca- , que una minoría, de cualquier naturaleza, use prácticas dilatorias, provocando que Costa Rica permanezca estancada, con tal de imponer su posición. Aceptarlo sería estar contra la esencia misma de la democracia.

Por eso reafirmamos nuestra confianza en la vocación democrática del pueblo costarricense, nuestra fe en la instituciones republicanas y nuestra decisión de defender el cumplimiento de la voluntad popular libremente expresado en el referéndum.

Hoy levantamos nuestra voz, serena pero firme, para exigir el respeto al mandato del pueblo; para pedir a todos los partidos representados en la Asamblea Legislativa que se reencuentren en sus comunes raíces democráticas y civilistas; que den curso anchuroso a la voluntad popular expresada en el referéndum para que luego avancen en la discusión de urgentes proyectos de gran beneficio popular que han esperado por muchos años.

Costa Rica no puede, aprisionada en un tema único, detener su camino hacia el desarrollo integral. Es preciso avanzar. La pobreza, la inseguridad ciudadana, la injusta distribución de la riqueza, la pauperización de la educación, el debilitamiento de la salud y la tragedia de quienes no tienen un techo que les abrigue no puede esperar!

Por eso hoy alzamos nuestra voz - que es la voz del pueblo, de la ciudadanía activa y amante de la paz – para que sea un fructífero llamado a la unión de la familia costarricense por la tolerancia y por el respeto a la democracia, en una lucha por Costa Rica de la que todos hemos de salir unidos por el mandato popular.

Por eso hoy, respetuosamente recordamos a nuestros agenda social, representantes, que es tiempo de apurar el paso: aprobar cuanto antes la agenda comercial, es agilizar la promoción de la agenda social. ¡Ya es hora de que Costa Rica pueda avanzar!

¡Qué viva la democracia! ¡Qué viva la solidaridad! ¡Qué viva el desarrollo! ¡Qué viva siempre el trabajo y la paz!