Don Amado Quirós es realmente todo un personaje detrás de sus bigotes tipo Pancho Villa y sus gestos sinceros: no le tembló la voz para reclamar su derecho a la propiedad que por justicia le pertenece y que el Estado costarricense impidió que titulara legalmente. Me estoy refiriendo a un pequeño discurso de Don Amado durante la inauguración de una empresa de crédito comunal (ECC), bajo el esquema de FINCA (Fundación Integral Campesina) y patrocinada por CRUSA en la Isla de Chira. Su situación no es única: la comparten los más de 3.000 pobladores de la isla   desde que una absurda ley del año 1977 les ha impedido el libre uso y dominio de sus tierras adquiridas a través del tiempo, un problema que por culpa de la Asamblea Legislativa de pasados periodos no se ha logrado resolver.
 
En tal punto, la fiesta política la protagonizaron los diputados del PAC y algunos compinches de Liberación Nacional de la pasada legislatura que, por razones meramente estatistas, bloquearon un proyecto del Movimiento Libertario que trataba de solucionar las cosas de una vez por todas, permitiendo a los chirenses utilizar la tierra con el fin de diversificar sus actividades en turismo y desarrollo inmobiliario de baja densidad. Algo realmente prioritario, debido a que la pesca artesanal es totalmente marginal e insuficiente para generar bienestar y riqueza sostenible, y debido también a que la gran riqueza de la isla reside precisamente en su biodiversidad y cultura, por lo que resulta justo - en cierta medida - que todos los costarricenses podamos visitar el sitio como destino turístico, siempre dentro de los parámetros de una infraestructura adecuada y con un plan de manejo fomentado por los propios habitantes y poseedores de tierras.
 
La isla cuenta con tres escuelas y un colegio, además de una red de caminos que ya desearían otras regiones del país; y aunque la mayoría de los bosques son secundarios, brindan al estudioso y al turista  una increíble muestra del proceso de sucesión ecológica en acción, proceso digno de ser investigado por los ambientalistas y aficionados de la naturaleza. Asimismo, la ganadería es una de las actividades principales de los colonos, quienes operan de una manera amigable con el ambiente, y la pesca, una práctica que los ha vuelto famosos. Yo mismo tuve la oportunidad de comprobar esto de primera boca, saboreando un delicioso pescado entero, acompañado por unos magníficos camarones que gentilmente me prepararon las mujeres chirenses. Creo que, como destino gastronómico, la isla encontró ya un cliente satisfecho.
 
En este momento de cambio, el tema de la propiedad - tanto tangible como intangible - se convierte en un factor clave para el desarrollo de Costa Rica, si queremos que los ciudadanos realmente contribuyan como actores (y no como espectadores) a dinamizar el continuo ciclo de generación de riqueza y bienestar, dos metas deseables que dependen de la capacidad de los individuos de acceder a la propiedad y de utilizarla eficazmente para su beneficio personal y para suplir las necesidades de consumo del resto de consumidores potenciales. Por ello es prioritario que la Asamblea Legislativa descongele los proyectos que presentó el Movimiento Libertario con el objetivo de otorgar la propiedad o concesión a estos destacados y empeñosos pobladores chirenses… ¡y que lo haga sin demora¡