El título del presente comentario, Ahora no es ahora, tiene el propósito de llamar la atención sobre el hecho cierto de que el lenguaje, los idiomas y, en este caso, el idioma español, está lleno de ambigüedades y hasta podríamos decir que de contradicciones.
Veámoslo en el caso que nos ocupa. En principio entenderíamos que la palabra ahora significa ya, en este mismo instante, es decir, que alude a una acción o hecho que se da en el mismo momento. Por ejemplo, el periodista que informa de los desastres que provoca la crecida de un río y narra a los radioescuchas: “Ahora la casa desaparece entre las achocolatadas aguas, arrastrada por la corriente”; o este otro ejemplo de la vida cotidiana: “Ahora le llega el turno al pequeño Martín, de sus ojos se escapan dos lagrimones que muestran el temor que despierta en el niño la aguja de la inyección”.
Pero resulta que en otros casos, la mayoría si tomamos en cuenta el contexto en que se utiliza este término, “ahora” significa más bien algo así como “todavía no”, “después”, “dentro de un rato”, y alude casi siempre a una respuesta que se da a una solicitud e incluso a una orden, dando a entender que dentro de un momento se cumplirá con lo solicitado u ordenado.
Todos tenemos en nuestra memoria la imagen de la madre -probablemente la propia- llamando a gritos al niño –seguro usted o yo- para que venga a hacer la tarea, y allá desde el patio, desde la calle o incluso desde la casa vecina, la vocecilla que responde: “Ahora voy mami”. Pero bien sabemos que ese ahora significa diez o más minutos.
Y tratándose de permisos y diminutivos es peor el asunto. Si las dos niñas le dicen al papá: “Papi, déjenos ir al parque con la tía Mary, ahoritica venimos”, eso significa que aquello va para largo.
Pero lo bueno es que todos lo entendemos, porque así funciona el idioma e incluso, y esto yo no lo sabía, así está establecido en el diccionario, al que recurrí un poco intrigado por esos recovecos del “ahora” y me encontré con que, en sentido figurado, la palabra “ahora” significa “poco tiempo ha”, es decir, alude al pasado, y también “dentro de poco tiempo”, refiriéndose al futuro.
Ante semejante realidad no pude evitar un poco de reflexión a partir de la consideración filosófica de si existe o no el presente. Estaba a punto de dejarme envolver por la especulación metafísica cuando la memoria me volvió a la realidad completándome la historia de la madre que llamaba al niño a hacer su tarea. También esa parte la recordaremos todos, es cuando la mamá se asoma a la puerta, faja en mano, a ver por qué su llamado no ha sido atendido y entonces sí, la palabra que nos ocupa recupera su significado a plenitud: “Ahora es ahora”; y no hay diccionario que venga a alcahuetear la desobediencia.