Miércoles, 27 Marzo 2002 18:00

Solo el amor vence al odio

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Parémonos hoy, a reflexionar severamente sobre un hecho ya archisabido, pero tal vez nunca suficientemente profundizado; sobre todo por las últimas generaciones: Cristo, en la cruz dio su propia vida para dar vida al mundo. Gracias a este muerte y la gloriosa resurrección que la siguió, los creyentes podemos proclamar con alegría que hemos sido salvados. Este es el centro y núcleo, de la verdad cristiana, que durante la cuaresma y días Santos la Iglesia hace un alto en el camino, para revisar, reflexionar, corregir, enderezar y así poder crecer en Santidad ayudado por la gracia, que solo proviene de Dios, cuyo modelo es Cristo.