En el argot popular “jupón” se le denomina a quien no hace caso, el asunto concreto es que la Sala Constitucional le dijo no al decreto que limitaba la circulación vehicular en ciertos días y horas y sin conocer los por tantos de la resolución, la Ministra de Transportes Karla González, anunció que insistirá en la medida.
Al principio se dijo que la restricción iba de la mano del incremento en el costo de los combustibles y cuando los hidrocarburos bajaron, se argumentó que era por la congestión vehicular y si bien ingeniería del tránsito da cifras del impacto de la disposición, obvia lo que se denomina costos hundidos y tienen que ver, entre otros aspectos, con los largos periplos de los conductores para llegar a su destino sin tocar la ruta periférica.
El decreto ejecutivo hacía sentir delincuentes a las personas honestas que sacaban su vehículo para llevar el sustento a sus seres queridos, porque dudo que alguien, por simple placer, se meta en las congestionadas vías, que no son culpa de los automovilistas, sino de las imprevisiones de quienes por años dejaron de hacer obra vial.
Algunos a la ligera sacan conclusiones por los atascos del primer día luego de eliminada la restricción, que a decir verdad, son un tanto mayores de los normales, pero es lógico que al principio los conductores se vuelquen masivamente en las vías y lo natural y al decir de los campesinos, “en el camino se acomodan las cargas” y ya veremos como poco a poco se afloja el asunto, cuando la gente salga más temprano o más tarde para evitar los congestionamientos.
Con un sistema de transporte público obsoleto y congestionado no existe ningún incentivo para dejar el vehículo en casa, era mejor pagar la posible multa que ser asaltado en las paradas de buses.
El tema da para mucho y en esto es bueno predicar con el ejemplo. A propósito amigo escucha, cuántas veces se topó en la “cazadora” con algún alto jerarca del gobierno, yo por lo menos, los sigo sintiendo, como siempre, alejados de la realidad.