Con el aviso de la presencia del fenómeno del Niño, las autoridades de gobierno se han puesto las pilas para que el impacto de este Niño malcriado no sea de grandes consecuencias. El catorce de Julio pasado la Administración Nacional de Atmósfera y Océanos de los estados unidos confirmó la presencia del fenómeno, el cual podría causar pérdidas en el sector agropecuario nacional. Aunque las autoridades del Instituto Meteorológico Nacional no creen que este Niño sea de alta intensidad, sí indican que se prolongará hasta mediados del próximo año, por lo que su extensa duración puede significar que muchos cultivos se pierdan. ¿Pero, quien es exactamente este Niño? Hasta hace un decenio se mencionaba el fenómeno del NIÑO, para explicar la aparición de aguas cálidas en el Pacifico cerca de las costas de Suramérica, y se le relacionaba con ciertos patrones climáticos, por ejemplo: temporadas lluviosas con muy poca lluvia en el Pacifico de Centroamérica y Australia, y muy intensas en la zona de Perú y Ecuador. Se observó que los periodos de El Niño coincidían con una inversión en las mediciones de la presión atmosférica entre Indonesia y El Pacifico Central, lo que desde hacía muchos años se llamaba “oscilación del sur”. Por eso, los expertos hoy hablan de un concepto mas amplio: el ENOS, acrónimo que quiere decir: EL NIÑO-OSCILACIÓN DEL SUR. Adicionalmente ENOS se conforma de tres fases, la fría, La Niña, época en que las lluvias se presentan sobre lo normal en el Pacifico de Centroamérica, la cálida, El Niño, época en que por lo general se presentan sequías y la fase neutra. Ya el país ya está aplicando medidas para que este fenómeno no perjudique nuestro sector turístico, agrícola, ganadero y comercial. Con una campaña de capacitación a los posibles perjudicados se pretende disminuir los efectos de este fenómeno meteorológico. Y nosotros, sigamos poniendo mucho cuidado con este niño tan rebelde.