Sí, que viva La Prensa Libre –con mayúsculas- nombre que representa uno de los conceptos y valores más trascendentales de la vida social y seguramente el principal pilar de la vida democrática: la libertad de expresión, la libertad de informar e informarnos, la libertad para manifestar ideas, creencias y propuestas, libertad para denunciar y para aplaudir, libertad para disentir, para debatir, para promover convergencias y construir desde las divergencias.

Qué visión la de quienes fundaron este periódico, entre ellos, lo digo con orgullo familiar, mi tío bisabuelo don Pánfilo Valverde. Qué claridad y acierto el de quienes le dieron el nombre de La Prensa Libre porque con ello marcaron su existencia con un único compromiso, el compromiso con la democracia y el interés nacional. Qué visión y qué temple el de don José Borrasé Rovira, quien, en su momento y con un gran sacrificio familiar y empresarial, supo salvar tan significativo nombre preservándolo para la historia en un medio de comunicación que ha sabido ganarse un lugar de privilegio en la trayectoria de la democracia costarricense.

No hay duda, La Prensa Libre ha sido y sigue siendo ejemplo de empresa familiar, de esas empresas con alma nacional que se ganan el corazón de los costarricenses porque sus acciones evidencian el espíritu de servicio que, más allá del afán de lucro, debe caracterizar a cualquier iniciativa empresarial, máxime si corresponde a un medio de comunicación.

Pero tampoco cabe duda de que La Prensa Libre ha sido y es también ejemplo como medio de comunicación, tanto por el profesionalismo de sus enfoques y cobertura noticiosa que muestran rigor y balance, dos valores tan caros al verdadero periodismo, como por su apertura a las diversas formas de pensamiento que a diario disfrutan los lectores en sus abundantes espacios de opinión.

Por todo ello nos complace que este periódico se haya hecho acreedor a tantos reconocimientos, entre ellos, el Premio “José María Castro Madriz”, del Colegio de Periodistas de Costa Rica, por su aporte a la libertad de expresión. En este premio hay un reconocimiento a toda una trayectoria de servicio a los más altos intereses nacionales, una trayectoria del mejor patriotismo, de entrega y calidad.

Para la familia Borrasé, para don William Gómez y su familia, para toda la familia de La Prensa Libre de ayer y de hoy, entre ellos de manera especial a mis colegas periodistas, muchas gracias y que Dios les permita continuar sirviendo a Costa Rica por muchos años, con la calidad y el compromiso que lo han hecho y lo hacen hoy desde el decano de la prensa nacional que cumple sus 120 años.

¡Que viva La Prensa Libre!