Encuestas, en vez de urnas
El resultado de varias encuestas fue en apariencia el detonante para que uno de los aspirantes mayormente votados en las justas electorales de febrero último, decidiera quedarse en casa, silencioso, agazapado. Quien hasta hace unos meses pedía por todos lados que lo contrataran, de repente abandona la construcción ante la sorpresa de peones, albañiles y carpinteros y lo más grave, le da la espalda a una nación que sacrifica dineros que no abundan, para financiar el ejercicio supremo del derecho al sufragio.