En una ninguna parte del mundo se falla cuando se afirma que las pequeñas y medianas empresas son importantes para la economía y para el desarrollo de un país, dado el número de empleos que las mismas representan, al igual que su contribución positiva en el volumen potencial del mercado.
Sin embargo, cuando se analizan los procesos de gestión y la problemática de las PYMES, muchas veces se dejan de lado aspectos externos a este sector que son igualmente fundamentales para aumentar su impacto en la economía, pero que no son responsabilidad de estas empresas, aunque sí parte de su especificidad.
Cuando se mencionan algunas de las características de las pequeñas y medianas empresas se dice que estas no crecen por no disponer financiamiento, por no estar debidamente capacitadas y por no poseer una verdadera cultura organizacional. En realidad, esto es cierto, pero la gran pregunta es ¿de quién es la responsabilidad?
Sin duda, es una responsabilidad compartida. Por ejemplo: la carencia de organización, la falta de capacitación del personal, los problemas sobre la colocación de productos y la ausencia de registros contables, entre otros, son problemas internos derivados de la gestión propia del negocio, que pueden darse por desconocimiento o peor aún por falta de diligencia.
Pero, por otra parte, la ausencia de políticas públicas de fomento y promoción de las PYMES, así como el rezago tecnológico y la carencia de recursos financieros, unidos a una visión estrecha del Estado sobre el entorno económico internacional, son también aspectos propios de la especificidad de las PYMES, pero no responsabilidad suya.
El desarrollo y fomento de las pequeñas y medianas empresas es tan solo un eslabón, su organización y capacitación es otro de vital importancia para que las mismas respondan con éxito a las condiciones de la economía globalizada. Acá, los sectores público y privado, incluyendo el académico, tienen mucho que aportar para mejorar el entorno donde se desarrollan las PYMES.
En Costa Rica, dichos sectores tienen cada uno programas de apoyo y asesoría a las pequeñas y medianas empresas. Esfuerzos que indubitablemente son valiosos para dotar a nuestro país de una estructura productiva generadora de un mayor crecimiento económico, empleos y desarrollo social.